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La roca espacial Oumuamua, observada hace más de un año, es el primer objeto interestelar en visitar el Sistema Solar y no se parece a ningún cometa o asteroide observado anteriormente. ¿Significa esto que alienígenas inteligentes lo enviaron? Un reciente estudio que examinó la órbita de Oumuamua, que significa mensajero de lejos que llega primero, sugiere que podrían ser.
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Shmuel Bialy y Abraham Loeb, astrónomos del Centro Harvard-Smithsoniano de Astrofísica (CfA) recientemente analizaron más de cerca la inusual aceleración del objeto con forma de cigarro durante su viaje de 2017, para descubrir qué pudo haber causado el inesperado impulso en el movimiento del objeto. Este artículo científico fue publicado el 26 de octubre en la revista preimpresión arXiv y presentado a The Astrophysical Journal Letters.
Aunque la aceleración de la órbita del objeto es característica de los cometas, porque sus cuerpos helados se evaporan y dejan atrás el vapor de agua que expulsan propulsando los objetos, análisis previos sugerían que esto no era un cometa. El objeto no se frenaba (como esperaban), sino que iba cada vez más rápido; a diferencia de todos los cometas que se han observado antes, no tenía cola y la velocidad de su giro no parecía alterarse.
Los científicos descubrieron que la presión de la radiación solar podría haber impulsado a Oumuamua si el objeto, o parte de él, era lo suficientemente delgado y lo suficientemente fuerte como para actuar como un tipo de “vela ligera”, que genera la propulsión utilizando la energía solar. Aplica en esta ocasión, y aunque los astrónomos tuvieron en cuenta que esta estructura hubiese podido formarse naturalmente, también consideraron que la “vela ligera de origen artificial” pudo haber sido creada por extraterrestres inteligentes.
Sin embargo, esa conclusión es solo una de las posibilidades presentadas en el nuevo estudio porque incluso cuando Oumuamua aún estaba en el vecindario cósmico, pero ahora está más allá del alcance de los telescopios de los humanos. En aquella ocasión los astrónomos de Australia apuntaron con un poderoso instrumento a Oumuamua de 400 metros de largo (400 metros) para ver si podían detectar transmisiones de radio que indicaran signos de vida a bordo del objeto (o barco) pero nada se percibió.
No obstante, aunque estos científicos de Harvard dicen que los extraterrestres pueden explicar el extraño objeto interestelar Oumuamua, probablemente no. La propulsión por presión de la radiación solar no implica que Oumuamua sea una sonda camuflada; en junio de este año, un estudio publicado en Nature explica que la superficie del asteroide puede generar ese leve impulso causado por la gasificación del hielo que forma Oumuamua. La evaporación del hielo en su superficie libera el suficiente gas como para que registre un leve impulso en dirección opuesta al Sol (ya que se provoca precisamente en la parte expuesta).
En septiembre, otro grupo de astrónomos publicaron un artículo preimpresión en ArXiv.org en el cual sugerían, siguiendo la trayectoria de este misterioso objeto, que podría haber venido de una de estas cuatro estrellas: HIP 3757, que es una enana roja; HD 292249 que es estrella tipo Sol; y otras dos estrellas sin nombre todavía