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La app que espera mejorar el servicio de los restaurantes
Cerca de diez lugares en la ciudad van a ofrecer la aplicación creada por dos emprendedores,
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Parte del reto de la app ha estado en el montaje de la plataforma para que pueda usarse en otros países. FOTO Juan Antonio Sánchez
14 de abril de 2015
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Esta app nació de un sueño. Pero no esa clase de sueño que significa anhelar algo (ese llegó después), sino el que nos lleva a fantasear mientras dormimos. Juan Esteban Restrepo soñó que estaba en un bar de la ciudad donde, según él, el servicio es malo. Cansado de esperar a que lo atendieran sacó su móvil y lo usó para pedirle al mesero que fuera hasta su mesa.
Sin buscarlo, esa visión terminó materializándose en lo que hoy es Bon Appétit, una aplicación que puede descargarse de forma gratuita en App Store o Play Store y que también es sin costo para cualquier restaurante que quiera implementarla.
La app está desarrollada para reunir el menú de los lugares donde hagan presencia y brindarles a los clientes diversas posibilidades mediante el teléfono, entre ellas: conocer el menú, llamar al mesero presionando un botón, ver las fotos de los platos y hasta hacer el pago sin necesidad de usar datáfonos. “Es una aplicación para mejorar el servicio”, dice Juan Esteban, quien es profesional en administración.
El primero que conoció el sueño que Juan tuvo y que lo animó a llevarlo a la realidad fue Juan Diego Beuth, un amigo de esos que se conoce porque otros amigos se lo presentaron, es negociador internacional y, como Juan Esteban, ya tenía experiencia en el emprendimiento.
Juan Diego se había dedicado al cultivo de hortensias y había montado un restaurante que ya vendió; por su parte, Juan Esteban tuvo una marca de mecato saludable que ofrecía frutas empacadas para distribuir en charcuterías, universidades, mercados, entre otros lugares, y que ya también le cedió a un comprador.
Una app en crecimiento
La energía de ambos se concentró en construir Bon Appétit. En ese camino encontraron que era una tarea exigente y tuvieron que aprender diferentes temas necesarios para poder sacar al aire la app, un proceso que lleva cerca de un año y medio.
Al equipo que empezó con dos personas se sumaron otras que ayudaron, por ejemplo, con el montaje de la plataforma o en el diseño de ella. Los encargados del desarrollo, cuenta Juan Esteban, “están regados por todo el mundo”. El diseñador de experiencia de usuario y de usabilidad de la aplicación 2.0 vive en Berlín y fue el que diseñó Kayak y Grooveshark, apps que cuentan con un gran reconocimiento. Además, tienen un socio en San Francisco que los está asesorando en el proceso de internacionalización de la app.
Bon Appétit está funcionando por ahora en un restaurante de la ciudad. Allá, en las mesas, los clientes pueden encontrar un código QR que al ser escaneado, (y después de descargarla) muestra todas las opciones con las que cuenta.
Ahora también están concentrados en lograr ser el primer startup colombiano en alcanzar una valorización de 1 billón de dólares. Juan Diego y Juan Esteban quieren que su proyecto crezca y cuente con reconocimiento, para ello también esperan invertir 500 mil dólares en los próximos tres meses y empezar una rueda de inversión en diciembre en la que quieren recaudar dinero para expandirse internacionalmente. Parece ser que el apetito de su app es bastante agrande.
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