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Lleva jugando menos de 30 minutos y ha muerto unas seis veces. Eso les espera a quienes le den la oportunidad a Dark Souls 3 (DS3) en la búsqueda de los cuatro señores de la ceniza. Y eso es solo el comienzo.
Usted, como un latente, debe encontrar aquellos reyes malditos, aventura que no tiene nada de alegre pero sí mucho de frustración, tristeza y soledad.
Este juego de acción y rol regresa con su tercera entrega, la primera en la nueva generación de consolas, dándole una mayor calidad gráfica, pero que mantiene esos ambientes desolados con enemigos que reviven cada vez que se descansa en las hogueras y que solo tienen un fin: matar.
Nuestro personaje en este caso es más ágil, es decir, la jugabilidad al controlarlo no es tan rígida como en otros Souls, algo que bebió de su juego hermano Bloodborne.
Los enemigos como siempre: desde los esqueléticos, despojados y animales poco agradables hasta los caballeros más grandes y con una mayor energía que nuestro no muerto.
¿La clave? Hacer valer la experiencia en los DS anteriores, subir de nivel e invertir bien las almas, que como en los juegos anteriores quedarán allí donde uno muera.
La personalización del personaje es mucho más amplia que la de DS2; además, se aumentaron en dos las clases con las que se puede iniciar el juego: heraldo y piromántico.
Opciones a las que se le suman caballero, mercenario, guerrero, ladrón, asesino, hechicero, clérigo y marginado.
La última es la que entrega un personaje equilibrado en todas sus habilidades y con la que se puede decidir, mientras corre el juego, en qué especializarse, aunque se inicia solo con una tabla como escudo y un garrote como arma. Para los más especializados.
“El juego es mucho más difícil que su antecesor, lo que me parece perfecto. Así que solo es recomendado para masoquistas”, dice Mario Pinto, crítico de videojuegos.
¿Y qué hay de la música? Los sonidos que acompañan los ambientes lúgubres de Dark Souls 3 se combinan a la perfección con los momentos: melancolía y muerte.
“La música es buena, en especial si gusta de la ópera o la gregoriana”, agrega Mario.
Un detalle especial es que cuando el personaje se ensucia y es golpeado, se puede observar de forma muy nítida la combinación de sangre y tierra, que le da mayor realidad a los momentos. Además, es posible ensuciarse y “bañarse” cuando se rueda en los charcos o ríos.
En fin, Dark Souls 3 no es para todos: solo para quienes morir es el comienzo.