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Taylor Swift, la cantante pop norteamericana, firmó una carta este fin de semana. “Para Apple con Amor. Taylor”. No era precisamente de amor hacia la compañía; la artista reclamaba por sus derechos, ya que Apple no iba a pagar regalías por la música descargada en el periodo gratuito de tres meses para usuarios del servicio de streaming que lanzará el próximo 30 de junio.
La rubia desató titulares de noticias y comentarios. Apple retrocedió, se disculpó y prometió pagar por la música que pondrá a disposición de sus usuarios. Además, entrará a competir con su servicio de streaming con otras compañías que ya tienen un público consolidado y en crecimiento, entre ellas Deezer, Spotify y Beats Music.
¿Por qué se enfureció Taylor? Con el cambio que dio la industria de la música hacia el streaming, millones de usuarios de las distintas plataformas pagan planes con el fin de tener acceso a catálogos con miles de canciones que pueden reproducir en sus dispositivos en cualquier momento.
“Ese dinero entra a una gran bolsa que, en el caso de Deezer, administramos. Ahí están los costos de operación, y el resto lo repartimos equitativamente a los agregadores digitales. Pagamos a esos socios o partners de la industria. Eso varía mes a mes y dependiendo del número pagamos a cada uno de esos agregadores o sellos discográficos y ellos, dependiendo del contrato que tengan con el artista reparten a los creadores de esos contenidos”, comenta Carlos Ardila, gerente editorial de Deezer para países andinos.
Con el streaming ganan los artistas que pueden llegar cada vez a más usuarios y que reciben un porcentaje por cada stream que hagan de su música en estas plataformas.
De los ingresos por suscripciones, las compañías de streaming comparten alrededor del 70% con sus partners; Apple dijo en un comunicado que compartirá el 71,5% de sus ingresos procedentes de suscripciones pagadas dentro de Estados Unidos y 73% de las suscripciones de otros países.
Al parecer Taylor Swift quedó satisfecha con la respuesta..