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Los supersónicos vivían en el 2062, no muy lejos de nuestra época. Robotina, uno de sus personajes más recordados, se convirtió en uno de los referentes robóticos que sus creadores imaginaron tendríamos en el futuro cercano. La empleada androide de la familia Jetson era autónoma y tomaba decisiones que no necesariamente fueron planeadas con anterioridad. Fue programada para ejecutar ciertas tareas, no obstante ella aprendía y gracias a eso podía tomar nuevas decisiones no controladas por sus amos.
Esta es una de las diferencias entre máquinas y robots. Hay máquinas teledirigidas pero en el estricto sentido de la palabra, estas no son robots. Estos últimos tienen autonomía, pueden sensar el entorno, tomar decisiones y desenvolverse solos. “Si un humano los controla entonces no son robots”, dice Elkin Echeverri García, director de planeación y prospectiva de Ruta N, cuyo trabajo ha sido de prospectar tecnología.
En su trabajo Echeverri tiene que estar en contacto con lo que se está haciendo en Medellín en temas de inteligencia artificial, robótica y robots de automatización de procesos, y asegura que la calidad de la robótica que se está desarrollando no es el problema en Colombia, sino la escala: “aunque aquí ya hay empresas con robots en manufactura, en comparación con otros países no estamos a nivel debido a que nuestras industrias se han enfocado en otros temas”.
Compararnos con China puede hacernos pensar que en Colombia estamos muy atrasados, no obstante, solo para tener una idea de que la robótica es una tarea aún por construir Echeverri cuenta que “la empresa de despachos más grande del mundo fue creada por colombianos”. El ingeniero de la UPB se refiere a Kiwi, una empresa creada por colombianos en Estados Unidos que hizo su primera entrega en marzo de 2017 con autos autodirigidos y drones autónomos en Berkeley en California.
El informe de la Comisión Económica para Europa de Naciones Unidas, titulado World Robotic 2016, asegura que los impulsores de crecimiento más fuertes para la industria de la robótica se encuentran en China y que en 2019 alrededor del 40 por ciento del volumen del mercado mundial de robots industriales se venderá allí.
Se están dando grandes pasos en esta nueva revolución industrial pero ni este, ni ningún otro país han llegado a lo que los Supersónicos nos presentaban como futuro robótico. “Aún no hay un robot que mecánicamente sea capaz de moverse por los recovecos que recorre un humano”, dijo a el diario El País de España Yoshiyuki Sankai, investigador de la Universidad de Tsukuba, quien desarrolló un traje robótico llamado Híbrido de Asistencia para las Extremidades (HAL en inglés).
Así aunque con limitaciones los robots ya se usan en plantas de manufactura, en transporte, en exploraciones en la Tierra y el espacio. Estos parecen estar abaratándose y la robótica está avanzando en funciones de forma imperiosa gracias al trabajo interdisciplinario de cientos de humanos.