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El paso de los videojuegos por el cine ha dejado un sabor agridulce.
Los filmes que usan personas de carne y hueso para darles vida a aquellos héroes de las consolas o a sus historias, en opinión de los fanáticos, no han sido justos.
Para algunos, Resident Evil, que tuvo su estreno en la pantalla grande en 2002 y que ahora cuenta con cinco secuelas, es la de mayor éxito, por lo menos en lo que a taquilla se refiere, recaudando con su primera entrega 102 millones de dólares en todo el mundo, datos de la Internet Movie Data Base (Imdb).
No obstante, la situación va más allá del dinero en este universo donde los gamers esperan que aquellas producciones le hagan honor al videojuego, pero donde también están las productoras que necesitan audiencias más amplias que vayan a ver la película.
Silent Hill es otra franquicia de juegos famosa que tiene sus versiones en la pantalla grande. La primera que salió en 2006, para los fans, intentó ser fiel al juego, aunque en la Imdb tuvo una calificación de 6,6 y en taquilla mundial registró 97 millones de dólares.
“En mi concepto, Silent Hill es la menos peor” expone el videojugador David Alzate, una opinión que comparten muchos gamers, que incluso ven en otras producciones como Mortal Kombat (1995) y la primera Resident Evil, películas que se acercaron a lo que los seguidores querían ver.
Y si hablamos del club de las cintas que nadie defiende por su poca calidad, según el dictamen de los videojugadores, está Street Fighter, protagonizada por Jean Claude Van Damme en 1994.
Una producción que para Daniel Valencia desde su punto de vista “fue la peor de las películas basadas en los videojuegos”.
Otra cinta condenada es Super Mario Bros, estrenada en 1993 y con una calificación de 4,0 en la Imdb, que no es ni la sombra de lo que los fontaneros más famosos significan para la industria de los videojuegos y la cultura pop.
Hitman, el asesino de cabeza rapada que tuvo su aparición en el 2000 para PC y en el 2007 para el cine, carga con varios detractores, aunque sus enemigos son menos que las dos producciones cinematográficas mencionadas antes.
En fin, en el universo de los videojuegos que han pasado por el séptimo arte, hay ejemplos que se pueden rescatar de la hoguera como otros que merecen desaparecer. El debate continúa.