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Es un alimento completo, mucho más que otros cereales, tiene demanda aunque no oferta, se utiliza cada vez más, pero... es muy caro. La quinua.
Este pseudocereal es sembrado en varios países andinos, donde constituye alimento de primer orden para personas de menos recursos y en Colombia se cultiva en Cauca y Nariño principalmente (80% de la producción), también en el altiplano cundiboyacense. Y en Antioquia.
En este departamento comienza a entrar por el Oriente, dice Seneida Lopera, investigadora de la Universidad de Antioquia. El departamento tiene tierras aptas para su cultivo.
Rafael Mantilla, directivo de la Federación de Quinua y Cultivos Andinos dice que se da bien por encima de los 1.800 metros y Colombia tiene muchas zonas con esa condición.
Pese a ello apenas hay unas 1.200 hectáreas sembradas, de forma intermitente, sin ordenamiento, agrega, “donde no se pueden alcanzar volúmenes para procesos industriales”.
Un documento del Centro Internacional para la Agricultura Tropical (Ciat) revela que “la demanda por quinua se ha triplicado en los últimos 7 años, y aunque Perú es el mayor productor y Bolivia el mayor exportador, entre ambos no alcanzan a satisfacer el mercado. Colombia tiene las condiciones para aprovechar la oportunidad que ofrece el creciente consumo en tanto que se pueden dar dos cosechas al año”.
La profesora Seneida recuerda que hay interés creciente por el grano. “Tiene mayor valor biológico y nutricional” que otros productos de la canasta. Si en los países andinos ha sido fuente milenaria de alimentación, en Colombia lo fue para grupos de indígenas, pero se fue perdiendo.
“Tiene aminoácidos esenciales más que otros, valor biológico en la proteína más alto que otros granos, no tiene alérgenos como otros, el almidón es diferente al de otros y permite aplicaciones tecnológicas diferentes; cuando está panificada tiene sabor básico que sabe a lo que le ponga, en Europa la mezclan con chocolate, se les puede poner a lácteos, a conserva, a cárnico, para arroz, arepas, es versátil”.
Pese a todos esos usos, hay dificultades para masificar el cultivo. Por eso un kilo se puede vender a $10.000-$15.000, dice Mantilla, pero se importa buena parte. “Hay que bajarle costos”, afirma Jorge Rodríguez, productor de Boyacá, que procesa la quinua en una empresa dedicada a ello.
Y es que es una paradoja: niños mal alimentados en distintas regiones del país, y la FAO recomienda el uso, pero la quinua llega a estratos más altos.
En Boyacá y Cundinamarca se está ampliando el área, algunos la utilizan en rotación con papa y alverja, lo que amplía las posibilidades
La variedad aurora da a los 5 meses, mientras la blanca jericó a los 7, informa Rodríguez. El rendimiento es de 1,5 toneladas por hectárea.
Seneida cuenta que hoy se consume mucho en la industria panadera y se consigue como crispeta, como granola en barra y hasta en tetrapack llega una bebida canadiense. Pero es de grandes supermercados.
En el departamento ha ido de la mano con veganos y vegetarianos, que ven en ella una alternativa muy válida.
La U. de A. lleva tres años trabajando con la quinua, con el concurso decidido de los estudiantes y en esa línea seguirá. Es que “el consumo va a seguir en aumento, estoy segura”.
Hay que aprovechar, como indica Matthias Jager, experto en mercados y cadenas de valor del Ciat, que “es un cultivo que necesita poca agua, crece en suelos salinos y frágiles, se adapta a diferentes condiciones de suelo y clima, no requiere un manejo intensivo de cultivo, es fuente de ingresos, contribuye a la seguridad alimentaria y puede ser una muy buena alternativa para sustituir cultivos ilícitos” .