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Los síntomas de un infarto en la mujer son muchas veces atípicos. Dolores agudos en el cuello, en los hombros, en la parte superior del estómago, en el maxilar inferior, incluso en una muela. Y el riesgo de que una mujer padezca enfermedades del corazón cambia (muchas veces aumenta) 18 meses después de su menopausia, según un informe de Journal of women’s health.
Antes se creía, porque así lo mostraban las estadísticas, que el hombre era el blanco principal de las enfermedades cardiovasculares como el infarto y los accidentes cerebrovasculares, sin embargo, los últimos registros muestran que ahora las mujeres con padecimientos cardiacos los igualan o superan en frecuencia.
¿Qué pasó? Tiene que ver con el cambio del rol femenino en las últimas décadas: mujeres que ya no están en casa sino trabajando, sometidas a más estrés. Hay que sumarle que ellas tienden a afectarse y a estresarse más por temas emocionales.
Lo dice así la cardióloga y presidenta de la Fundación Colombiana del Corazón, Alexis LLamas Jiménez, quien además relata que la incidencia (casos por 1.000 habitantes) en 2.000 era de un 20 % en la mujer, mientras que en 2.008 incrementó a un 32 %. En el caso de los hombres la incidencia igual creció hasta un 25 %, pero es ahora menor que en las mujeres.
Las cifras son alarmantes. Incluso superan a las muertes por cáncer de mama. Cada minuto fallece una mujer por enfermedades del corazón en el mundo y, según información del DANE, cada día mueren 45 mujeres por estas enfermedades en Colombia.
Estas afecciones aún son la principal causa de muerte en todo el mundo y el número empeora en los pacientes que padecen diabetes, quienes tienen seis veces más probabilidad de sufrir problemas del corazón.
Sobre esta relación, Jorge Andrés Escobar, investigador de un proyecto cardiovascular relacionado con diabetes en el laboratorio Novo Nordisk, aseguró que “es esencial implementar el correcto tratamiento de la diabetes como una de las mejores formas de prevenir los eventos y las enfermedades cardiovasculares. De no hacerlo será imposible reducir los índices de mortalidad”.
Desde hace tiempo se conocen los beneficios de una buena alimentación y del ejercicio frecuente. Sin embargo, esto parece haberse vuelto paisaje.
La nutricionista Alexandra Pérez Idárraga asegura que alimentarse bien no es complicado, y sí debe ser primordial, de la misma forma que lo es dormir, ir al trabajo y compartir con la familia y los amigos.
Por esto recomienda no hacer de la comida un tema frustrante, ya que de cualquier forma siempre el hambre llega. Corta o larga, una mejor vida se puede lograr si se reflexiona sobre la necesidad de comer inteligentemente, de abandonar el tabaco y de hacer ejercicio físico para la buena salud del corazón.