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Este domingo, que tiene suficiente tiempo disponible, tal vez sea un buen momento para revisar el estado en que se encuentra su batería de cocina y preguntarse, ¿será que hay que cambiarla?
Si tiene dudas al respecto, atienda las sugerencias que Hernán Osorio, coordinador regional en Antioquia de Tramontina, le brinda para una correcta conservación de estos productos, o de lo contrario, para tomar una decisión adecuada si debe reemplazarlos.
De acuerdo con el experto, el tiempo que se debe tomar en el hogar para reemplazar sus ollas depende del cuidado y el uso que se les dé a los productos, aunque lo más recomendable es que sea cada año y medio o dos años. Lo anterior debido al proceso de calentamiento constante al que se ven expuestos. Por eso, este periodo es el que más se sugiere para el cuidado.
Según Hernán Osorio, un error grave que se comete en las casas es el de lavar los recipientes con antiadherente cuando se encuentran calientes, después de su uso, ya que acelera el desgaste del producto. Lo aconsejable es “lavarlos en frío, con esponja suave y jabón, y nunca en seco”.
Un paso que casi nadie da en los hogares, cuenta el coordinador regional de Tramontina, es el de curar las ollas antes de estrenarlas.
Para ello, Osorio explica cómo hacerlo: “Primero lave las ollas con agua, jabón normal y esponja suave, luego se deben secar y aplicar aceite de cocina en la parte interna, para posteriormente poner a fuego bajo entre tres y cinco minutos. Después se baja el recipiente, se deja enfriar, y luego vuelve y se lava con agua y jabón para retirar el aceite. Allí sí se puede usar con normalidad”.
La mayoría de ollas actuales vienen con antiadherente, lo cual permite que los productos que se preparen no se peguen o se quemen, y también conservan el sabor de los alimentos que allí se cocinan.
La aplicación del antiadherente consiste en cinco capas con uso de rollos aplicadores. La primera tiene la finalidad de promover la adherencia del revestimiento al disco de aluminio, la segunda, de crear la propiedad de resistencia a la abrasión del antiadherente, y las restantes, promover la antiadherencia.
Después de estas cinco capas, los discos finalmente son sometidos a una fijación térmica en un horno continuo con temperaturas de 430°C durante un minuto, lo que, según Osorio, garantiza la formación de una cobertura única del antiadherente.