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Han pasado bandadas y vienen más en camino. Se han visto desde Medellín y el oriente. Temporada plena de aves migratorias.
“Las más espectaculares por estos días definitivamente son las rapaces que están pasando en grandes grupos”, afirma Ana María Castaño, presidenta de la Sociedad Antioqueña de Ornitología.
Pero no son las únicas que han llegado. “Por todas partes hay reinitas de la familia parulidae, pirangas o abejeras de la familia thraupidae, hay muchos insectívoros de la familia tyrannidae, y cucos de la familia cuculidae”.
Las rapaces deben pasar más o menos hasta el final de octubre pero por los grupos que se han registrado esta semana “yo diría que estamos en el pico de la migración”.
No han pasado todas. Hay grandes grupos reportados desde Centroamérica. Vienen para acá. “Estamos en el mejor momento para que la gente les ponga mucho cuidado a los grupos de aves que vea en el cielo estilo grupos grandes de gallinazos pues pueden tener una sorpresa y que sean las águilas migratorias”.
Jorjany Botero, directora ejecutiva de la SAO cuenta que “entre las especies que nos visitan cada año las más llamativos podrían ser las águilas pescadoras (Pandion haliaetus) que se pueden ver solitarias en lagos como el del Parque Norte, y los gavilanes como los de Swainson (Buteo swainsonii) y el aliancho (Buteo platypterus), quienes pasan de manera extravagante en grupos de miles”. En ocasiones acompañados menos visiblemente por halcones como el peregrino (Falco peregrinus) y el merlin (Falco columbarius)
Ana María explica que las rapaces son bien particulares pues solo vuelan de día aprovechando las corrientes térmicas o corrientes de aire caliente ascendente, de esa forma ahorran mucha energía que gastarían aleteando. “Ellas descansan todas las noches. Cuando terminan las térmicas buscan algún manchón de bosque y se perchan hasta el día siguiente”.
Aunque algunas van hasta la Patagonia, muchas especies se quedan desde Centroamérica hasta Colombia.
En la región
Se asientan en distintas zonas. Jorjany explica que se da “mayor diversidad y abundancia en zonas con remanentes de bosque en las partes altas del Valle de Aburrá, incluyendo algunos espacios rurales en jurisdicción del municipio de Medellín. Se podría decir la mayoría utiliza únicamente los bosques y las áreas con más vegetación dentro y en los alrededores de la ciudad, incluyendo los cerros tutelares como El Volador, El Nutibara y La Asomadera, el Jardín Botánico, el Parque Norte, las universidades con amplias zonas verdes, el Parque Arví”.
La ubicación de Medellín, al norte de Suramérica, es privilegiada para el paso de las aves. Y contrario a lo que dice la gente, Jorjany informa que no hay estudios que “permitan afirmar con certeza que algunas aves se quedan, es decir que no migran más o que permanecen en la región por más tiempo del que se supone”. Pero podría darse el caso de individuos rezagados.