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A los 30 y solos, también es posible

  • La decisión de estar en pareja o en soledad está en cada persona. Foto: Shutterstock.
    La decisión de estar en pareja o en soledad está en cada persona. Foto: Shutterstock.
18 de abril de 2017
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Aunque todo es relativo en el proyecto de vida de cada ser humano, es claro que vivimos en una sociedad tradicional que nos ha vendido una especie de novela en la que llegar a la etapa de los treinta sin pareja y sin hijos puede convertirse en la peor pesadilla; en cambio, si la persona logra casarse y formar un hogar, tendrá un final feliz. Sin embargo, no se trata de mirar una sola cara de la moneda, y seguir con los convencionalismos de la sociedad, se trata de analizar este tema más allá de la edad, de la presión social y del género.

Para la psicóloga y terapeuta Elízabeth Guerra, “el problema no es llegar solo a los 30, sino los significados que le podemos otorgar a esto. Hoy en día, por causa de las metas personales, económicas y profesionales, es cada vez más común encontrar personas en esta condición. Y como existen quienes lo disfrutan e incluso alardean al respecto, también existen quienes se afligen y apesadumbran por esta situación”.

Una mala experiencia del pasado, el alto nivel de exigencia, la falta de amor a sí mismo o la ansiedad por conseguir pareja, son algunas de las causas más comunes por las que no se logra tener cierto rango afectivo. Para la psicóloga y conferencista Gloria Cecilia Ramírez, existe una gran brecha de género que se ve más en la década de los treinta: “esto pesa más en las mujeres que en los hombres. Actualmente, ellos quieren casarse o tener hijos a una edad más avanzada, por el contrario, las mujeres no. La presión social y el tiempo que tienen para tener hijos es diferente al hombre, lo que demuestra que en ciertas edades lograr cierto rango afectivo para la mujer, sea más complicado”.

Sin alarmas

Finalmente, para los expertos como Guerra y Ramírez, no existen fórmulas mágicas para tener una pareja, lo más importante es comenzar por aceptar ese momento, y aprender a vivir en soledad. Como lo analiza Guerra, “No llegamos a este mundo acompañados de nadie más, ni siquiera los gemelos idénticos nacieron en el mismo minuto. Llegaste solo. Nadie respira por ti. Por tanto, ¿con quién más vas a aprender a vivir que contigo? El problema es la sociedad nos programó para estar buscando afuera lo que solo encontraremos adentro. No se necesita estar en pareja para ser feliz. Es maravilloso cuando se tiene esa bendición, pero solo, también es válido”.

La clave, según los especialistas está en aprender de la experiencia:

- Viva su momento presente. Viva el ahora.

- Dedíquese a hacer cosas que cuando esté en pareja no podrá hacer de la misma manera: Estudie algo nuevo, viaje, lea, comparta más con su familia y amigos, practique algún hobby.

- Encuentre el para qué de su soledad: ¿Qué me enseña esta soledad? ¿Qué aspectos de mi ser debo trabajar?

- Prepárese para amar a otro ser aprendiendo primero a amarse a sí mismo. Invierta en fortalecer su autoestima y autoconcepto.

- Fortalezca su vida espiritual. La soledad nos lleva al silencio y el silencio nos lleva a la reflexión. Aprenda a viajar al interior de su ser y a encontrarse con esa esencia espiritual que reside en todos y cada uno de nosotros.

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