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La fiebre es un mal necesario

La fiebre es el sistema de alarma del cuerpo, nos hace saber que algo está mal. Los expertos recomiendan prestarle mucha atención.

  • La fiebre es el sistema de alarma del cuerpo, nos hace saber que algo está mal. Los expertos recomiendan prestarle mucha atención. Foto: Shutterstock
    La fiebre es el sistema de alarma del cuerpo, nos hace saber que algo está mal. Los expertos recomiendan prestarle mucha atención. Foto: Shutterstock
18 de julio de 2017
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La fiebre es una elevación en la temperatura corporal por encima de los 38° C. El calor del cuerpo puede fluctuar alrededor de esos niveles por situaciones como el ciclo menstrual femenino, la actividad física, las emociones fuertes, una comida pesada, ropas gruesas, algunos medicamentos, y la temperatura y humedad del ambiente. Pero, cuando se trata de un fenómeno constante, alejado de esos factores externos, significa que el cuerpo se está defendiendo de alguna infección. No es una enfermedad en sí misma ni nos está haciendo daño, es parte de las defensas del cuerpo.

Es normal que se presente la fiebre después de la aplicación de algunas vacunas, en estos casos, según la médico general, Diana Díaz, “el objetivo principal es disminuir la temperatura hasta 37 °C, esto se puede lograr usando medicamentos de venta libre, como acetaminofén, y compresas de agua fría en la frente o baños corporales con agua tibia”.

Si no se logra una reducción significativa de la temperatura con esos recursos o el episodio persiste por más de tres días, se debe consultar en un servicio de urgencias, especialmente cuando se trata de un niño o una mujer embarazada, asegura la especialista de la Universidad de los Andes.

La fiebre también puede ser ocasionada por un resfriado simple o una infección viral, lo que no requiere una consulta especializada, simplemente la ingesta de líquidos y el reposo. Si la fiebre es leve, inconstante y la persona puede seguir con sus actividades de manera normal, a pesar del malestar, no se debe alarmar. Si el niño está incómodo, vomitando, deshidratado o no puede dormir bien, se puede intentar bajar la fiebre con métodos caseros.

La fiebre debe salir del cuerpo de manera natural, por lo que es importante mantener a la persona fresca, quitando el exceso de ropa o de cobijas. Tampoco se debe bajar la temperatura, sino tratar de normalizarla, por lo que los baños fríos, el hielo o el alcohol no son buena idea. Estos enfrían la piel, pero pueden causar escalofríos, lo que termina elevando la temperatura.

Números altos

Una fiebre es muy alta cuando sobrepasa los 40,5°C, que es el rango normal de una infección sin tratamiento, es después de esa cifra cuando se pueden presentar problemas como las convulsiones o el daño cerebral.

Una convulsión es actividad eléctrica cerebral desorganizada que puede estar desencadenada por múltiples factores, entre ellos, la fiebre elevada en los niños.

Durante una convulsión las personas no son conscientes, tensionan sus músculos y realizan movimientos repetitivos en sus extremidades, entre otros signos físicos. Según la doctora Díaz, lo importante en estos casos, más si se trata de un pequeño, es “mantener la calma, alertar al sistema de emergencias, ubicar al paciente en una superficie plana, evitar que se golpee o lastime durante el episodio convulsivo y no poner las manos u otros elementos en su boca. Siempre que alguien presente un evento convulsivo debe ser valorado por un especialista”.

Aunque las convulsiones pueden ser escandalosas no siempre tienen efecto secundario, más que los golpes que se puedan producir durante el episodio. Tampoco significan que el niño tenga epilepsia. Pero el daño cerebral sí es algo que se debe cuidar con mucha atención, este se puede producir cuando la temperatura sube más de 42°C.

Hipertermia

Para el médico ginecobstetra, Juan Guillermo Londoño Cardona, es muy importante diferenciar entre la fiebre y la hipertermia, esta última es un aumento de la temperatura por encima de los niveles normales por un fallo en los sistemas que evacuan el calor del cuerpo.

Un ejemplo de hipertermia es el golpe de calor que se da cuando la temperatura corporal sobrepasa los 45°C y puede afectar a personas que hacen ejercicio físico intenso o a adultos mayores. Los síntomas pueden ser delirio, broncoaspiración, vómito, convulsiones, alteraciones del comportamiento y dolor de cabeza. Si no se trata a tiempo puede ser letal, aunque son tan fuertes sus manifestaciones que no se pone en duda la necesidad de consultar un servicio de urgencias.

De otro lado, la hipertermia maligna es una condición hereditaria que se manifiesta en un rápido aumento de la temperatura y contracciones musculares cuando la persona recibe anestesia general. Es una condición que no suele manifestarse en otros momentos, por lo que solo se descubre cuando el paciente se somete a cirugía, lo que favorece la posibilidad de tratamiento.

Para distinguir entre la hipertermia y la fiebre es importante tener en cuenta el contexto. La hipertermia siempre sobrepasa los 40°C de temperatura corporal y se da luego de un esfuerzo físico grande o en poblaciones especialmente vulnerables, que siempre exigen la consulta a un especialista cuando presentan un síntoma como el aumento de la temperatura corporal, por ejemplo, las mujeres en embarazo, los niños y los adultos mayores o personas que tengan enfermedades crónicas.

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