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Si existe una física más allá del modelo estándar que explica, aunque no del todo, nuestro universo, podría estar cerca de saberse.
Varios experimentos con el Gran Colisionador de Partículas en Ginebra (Suiza) que opera el CERN muestran una desintegración extraña de algunas partículas, lo que sugiere que habría alguna desconocida responsable de las anomalías detectadas.
Estas no son estadísticamente significativas de manera aislada, pero refuerzan señales vistas hace unos años.
El modelo actual de la física no logra explicar fenómenos como la existencia de la materia oscura y tampoco por qué hay más materia que antimateria, uno de los grandes acertijos de la ciencia.
De confirmarse el hallazgo de una nueva partícula que responda por las observaciones, nacería una nueva física que podría responder mejor a la naturaleza del universo.
La materia oscura es más abundante que la materia ordinaria que vemos, de las que estamos hechos así como todo lo que vemos. En esta materia, denominada bariónica, unas partículas, los quarks, tienen un papel fundamental.
Pero no ha sido sencillo saber de qué está compuesta aquella.
En el estudio, denominado LHCb, se analizó la desintegración de mesones B°, que se producen cuando se hacen colisionar protones. Cuando se desintegra un mesón produce un kaón ( otra) partícula, acompañado bien por un electrón y un positrón (versión en antimateria del electrón), o por un muón y un antimuón.
La teoría dice que muones y electrones deberían comportarse de manera idéntica, independiente de sus masas diferentes. Es decir, esas partículas deberían tener chances iguales de producirse en la colisión, pero en los experimentos se detectaron solo siete decaimientos con muones por cada 10 electrones.
Es la llamada universalidad leptónica y según los datos, alguna partícula podría estar alterándola.
Un comunicado de prensa del experimento indica que aunque emocionante, la discrepancia con el modelo estándar es de solo sigma 2,2 a 2,5. Es decir, que la probabilidad de que las observaciones se deban al azar es de 1 en 125.
Para los físicos se debe llegar a sigma 5, o una probabilidad en 3,7 millones de que sea por azar.
El júbilo de algunos físicos se debe a que otros experimentos también habían visto ese rompimiento en la universalidad leptónica.
“Estamos emocionados por la forma como las medidas parecen casar”, expresó Guy Wilkinson, vocero del LHCb. Pero advirtió que lo hallado puede ser un asunto de suerte, aunque “han venido sucediendo cosas extrañas en los últimos cinco años”.
En un trino, el físico del CERN André David expresó que acumular un sigma acá y otro allá no es ninguna clase de descubrimiento.
El revuelo ha sido causado por los análisis de datos recogidos hasta 2013. Al reanudar operaciones el Colisionador, en 2015, el experimento ha corrido de nuevo.
Hay muchos datos para analizar. Wilkinson cree de acá a diciembre se podrá confirmar o desvirtuar la presencia de una partícula nueva.