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El pasado 25 de diciembre, Giselly Mejía, una paisa que vive en Bogotá y que estaba de visita en Medellín, denunció en sus redes sociales haber sido manoseada dentro de un vagón del Metro. Indignada describió la falta de solidaridad por parte de las mujeres que permanecieron en silencio y el apoyo de los hombres al abusador.
Casos como el de Giselly pueden ser recurrentes en la ciudad, el problema radica en las pocas o nulas denuncias que se hacen, ya sea por miedo, vergüenza o por no saber que se está sufriendo acoso callejero, el cual padecen especialmente mujeres y niñas, sin excluir algunos hombres.
¿Qué es el acoso o violencia callejera y cómo identificarlo? Según la Organización estadounidense Stop Street Harassment, este consiste “en comentarios no deseados, gestos y acciones impuestas por un extraño en un lugar público, sin consentimiento, hacia una víctima debido a su género, y el que incluye silbidos, comentarios derogatorios de carácter lascivo, sexista, homofóbico o transfóbico; acecho, persecución, exhibición indecente, masturbación pública, manoseo, agresión sexual y violación”.
¿Qué se hace en la ciudad?
Según Gloria Luz Gómez Ochoa, Secretaria de las Mujeres de Medellín, desde 2016 la ciudad se unió a un proyecto global de ONU Mujeres llamado Ciudades Seguras Libres de Violencia contra las Mujeres y las Niñas, en el que participan 22 ciudades de todo el mundo.
Este proyecto, explica Gómez, está basado en la prevención y detección del acoso sexual, dado a que hombres y mujeres no saben identificar cuándo un piropo, silbido o mirada se convierte en acoso sexual; se busca que las mujeres después de tantos siglos se puedan apropiar de los espacios públicos sin sentir miedo.
Gómez afirma que la administración pública de la ciudad apoya financieramente el proyecto y, desde el 19 de noviembre, en el transporte público, especialmente en el Metro y MetroCable, se ha venido haciendo una campaña llamada Mujeres Seguras, debido a que es en estos lugares donde hay más casos de violencia o acoso callejero y donde menos se identifica.
“Los hombres piensan que los piropos le gustan a las mujeres pero eso no es así, lo que genera es inseguridad ¿por qué un desconocido tiene que estar diciéndome cosas o tocándome?”, dice Gómez, y este tipo de acciones deberían ser abolidas de los espacios de la ciudad.
¿Qué hacer?
El Intendente de la Policía de Medellín, Mauricio Sánchez, dice que los acosos callejeros son muy difíciles de comprobar, y que en casos específicos como los que suceden en el Metro las personas deben reportar a los policías la situación, estos deben trasladar a los acosadores y víctimas a la estación de policía dentro del mismo Metro para esclarecer los hechos. La policía no puede arrestar o proceder hasta que la víctima haga una denuncia formal.
Según Juan Correa Mejía, Jefe de Gestión Social del Metro, una vez ocurrido una situación de acoso dentro de los vagones, “la persona debe alejarse del sujeto y adoptar una posición de protección, y cuando llegue a la estación debe acudir a un policía o funcionario del Metro y reportar el hecho, para que la policía actúe y detenga al abusador”. Correa también asegura que dentro de los vagones hay cámaras que sirven de prueba judicial una vez sea solicitado por un juez, después de la denuncia pertinente.
Por otro lado, Gómez recomienda que cuando una mujer sea víctima de acoso callejero, esta debe llamar a la línea 123 Mujer, ojalá pudiendo identificar al abusador; aunque ella explica que estos casos son difíciles de comprobar, hay que tener la valentía para contarlo, afirma.
#JalémosleAlRespeto
EL COLOMBIANO invita a sus lectores a utilizar esta etiqueta para denunciar, en redes sociales, los casos en los que no funcione bien la convivencia ciudadana o se vulneren los derechos de las personas.
En este caso, la comunidad habló sobre acoso callejero. Si a usted también le ha pasado, es hora de decir:
#JalémosleAlRespeto.
Gloria Cataño
No solo en el Metro, en los buses es igual. Hace muchos años un tipo se me sentó al lado con una chaqueta encima y por debajo de la chaqueta deslizó la mano hacia mi pierna para tocarme. Le armé un escándalo tan grande que lo hice bajar del bus.
Patricia Mondragón
Me sucedió estaba en la Estación San Antonio, esperando el transbordo que lleva a la Estación Estadio y un viejo asqueroso aprovechando la cantidad de gente era detrás mío rozándome, cuando me di cuenta le metí un codazo y me retiré de ahí.
Martha Naranjo
Hace días un tipo manoseó a varias chicas, todas se corrieron a otro lado y solo se oyó un murmullo, entre ellas mismas comentaban lo sucedido, pero iban varios tipos y era difícil señalar quién fue. Creo que uno como mujer sabe cuándo es manoseo y cuándo, por el gentío hay «toques» sin querer.
Maritza De La Luna
Todos los días hay hombres en la calle gritándole cosas a uno solo porque creen que las mujeres no vamos a decir nada, en Medellín hay acoso sexual en todas las esquinas.
Julieta López Muñoz
A mi tía se le masturbaron encima y lo único que hicieron los del Metro fue cambiarla de vagón. Fuera de eso la iba a agredir porque ella le reclamó públicamente, un pasajero la defendió golpeándolo, pero los funcionarios del Metro no ponen manos al asunto, ya que ni los datos le tomaron.