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En estos días de calor en Medellín, el almuerzo, snack o comida ideal es una rica ensalada. Fresca, nutritiva, variada y saludable, la ensalada es una preparación versátil y divertida, pues sus variaciones son innumerables.
Además son fáciles y rápidas de preparar cuando el hambre llega. Más allá de la lechuga y las verduras, las ensaladas pueden ser a base de granos como el quinoa, cous cous o diferentes tipos de pasta. Pueden tener elementos cremosos o crocantes, picantes o dulces, ácidos o herbacios.
Finalmente la ensalada perfecta es la que tiene todos los sabores favoritos y que, en lo ideal, lleve algo de cada una de las siguientes categorías.
1. La base es el primer paso para decidir
Si va a ser de lechuga, la mezcla es importante. Incluir hojas amargas como el alazán y picantosos como la rúgula o mizuna, que ayudan a tener una ensalada compleja y llena de sabor. Otras como el cogollo y la romana aportan crocancia y textura. Si la base va a ser algún grano o pasta como fideos de arroz o vermicelli de frijol, es bueno que se cocinen al dente.
2. La salsa es un ingrediente muy importante
La salsa de una ensalada es fundamental porque cubre todos los ingredientes y combina sus sabores. Puede ser una vinagreta, un aderezo o simplemente un poco de limón y un chorro de aceite de oliva.
3. Las verduras, el aporte de vitaminas
Agregar repollo, zanahoria, espárragos, cebolla, pimentón u otras cien opciones de verduras aporta vitaminas, crocancia y sabor a una ensalada. Rábanos frescos, zucchini salteado, habichuelinas, apio y pepino son opciones que pueden funcionar dependiendo del perfil de sabores de una creación.
4. Las hierbas hacen toda la diferencia
Muchas personas no consideran hierbas, un elemento importante en una ensalada, pero puede ser la diferencia entre una ensalada rica y una espectacular, porque las notas herbarias que puede aportar la albahaca, la hierbabuena, el cilantro, el orégano o el poleo son el toque secreto al momento de combinar varios sabores.
5. Las nueces, el toque crujiente
Una ensalada blanda y sin textura es lo peor. Es rico tener una sensación de diferentes consistencias dentro de un plato. Por eso nueces como las almendras, los marañones, el maní, los pistachos y las pecanas encuentran protagonismo en muchas variaciones, además de aportar un rico sabor y grasa saludable. Semillas como ajonjolí, girasol y chía son opciones y granos tostados o soplados como el arroz, quinoa o amaranto también.
6. La grasa tampoco se debe olvidar
¡Sí, grasa! Pero una grasa saludable. Puede ser que la vinagreta tenga aceite de oliva o de coco. El aguacate es una adición maravillosa para una ensalada y es muy nutritivo. El salmón también es una proteína grasosa muy saludable. Qué tal un poco de queso, solo un poco, de cabra o madurado como parmesano, manchego o grana padano. Y si no se usa nueces para lograr un elemento crujiente, úsalo por su aporte de grasas saludables.
7. Un toque perfecto para el final
Pueden ser frutas como naranja, manzana, pera, uvas o tomate cherry; aceitunas, alcaparras y frutos secos como los arándanos; blueberries, dátiles o albaricoque. No deje por fuera la proteína bien sea pollo asado, camarones salteados, anchoas, carne asada o desmechada, pescado a la plancha o frijol.