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Playa es, para muchos, sinónimo de vacaciones, y si usted es de los que acude en masa a la arena tan pronto tiene un fin de semana libre, le tenemos buenas noticias. Una investigación reciente encontró que pasar tiempo junto al océano es bastante bueno para su salud. De hecho, según un análisis de los datos del censo inglés publicados en la revista Health Place, quienes viven en la costa reportan una mejor salud física y mental que aquellos que viven bien lejos.
La noción de que el mar es bueno para la salud no es nueva. Desde el siglo XVIII los médicos prescribían viajes a la costa o visitas a clínicas que ofrecían tratamientos con agua de mar. A mitad del siglo XIX los baños en esta zona eran ya una moda importada de Inglaterra y Francia. Así lo contó Richard Shuster, psicólogo clínico y presentador del podcast The Daily Helping, en uno de sus programas.
No es ninguna sorpresa que el ambiente de la playa sea relajante, la cuestión es conocer qué tanto impacta en la salud de las personas.
Investigaciones recientes como la publicada en el Journal of Coastal Zone Management en febrero de 2016 encontraron que los participantes que viven en hogares con vista al mar informan sentirse más tranquilos que aquellos que no los tienen.
Según el estudio, los efectos estuvieron presentes tanto para la salud general como mental, y aunque las consecuencias individuales fueron pequeñas, pueden ser importantes.
Más beneficios
Otra investigación publicada en la revista de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia descubrió que el azul está asociado con un impulso de la creatividad.
Al parecer, mirar el océano en realidad cambia la frecuencia de las ondas cerebrales y nos sitúa en un estado meditativo moderado.
Asimismo, respirar en lugares cargados de ionización negativa (átomos que han ganado un electrón y que al ser inhalados se les atribuyen propiedades relajantes), como el mar, tiene un efecto en el cerebro similar a cuando se practica yoga.
Un estudio en el Journal of Alternative Complementary Medicine sugiere que la terapia de iones negativos, que abundan en grandes cuerpos de agua, podría tratar los síntomas del trastorno afectivo estacional, un tipo de depresión que ocurre en cierta época del año.
Richard Shuster agregó en uno de sus podcast que “la sensación física de poner los pies en arena caliente hace que la gente se relaje”.
Resulta que también debe considerarse el efecto placebo. “Hemos sido condicionados a pensar en la playa como pacífica y relajante –dice él–. Cuando vayamos a la playa, esperamos que nos relajemos”.
Y es que, en parte, esta idea es culpa de películas y programas de televisión. Casi cualquier escena de playa en la cultura pop retrata el lugar como supertranquilo.
¿Recuerda la conclusión de la popular serie lanzada en 2007 Mad Men? Su capítulo final se ilustra con una epifanía en la playa. Don Draper tiene un momento eureka en las costas de California.
Ahora bien, tenga en cuenta que según estos trabajos científicos, en realidad no es necesario vivir cerca del agua para cosechar los beneficios. Se trata de aprovechar el tiempo que pase allí practicando la atención plena (ver recuadro), que tiene toneladas de beneficios para la salud mental, incluido el alivio del estrés. Entre ellos las partes del cerebro responsables de la memoria, el razonamiento y la empatía aumentan.
Al parecer el océano en realidad cambia la frecuencia de las ondas cerebrales y nos pone en un estado meditativo moderado. Así que no lo dude la próxima vez: irse de paseo a la playa, sí que le va a servir