viernes
7 y 9
7 y 9
El colegio Gimnasio La Fontana de Bogotá tiene cerca de 900 estudiantes y hace cuatro años le apuesta firmemente a ser la primera en Colombia con carbono cero.
Más que teorizar sobre el medio ambiente y sobre lo que se debería hacer para disminuir las emisiones de dióxido de carbono, sus estudiantes, desde el preescolar, aplican prácticas ambientales de forma transversal a su currículo. “Cada uno de los proyectos o iniciativas tienen un componente ambiental. Si ellos van a trabajar en alguna maqueta deben usar materiales reciclables, si van a realizar alguna actividad en el colegio tienen que medir el impacto del desperdicio y la huella de carbono que esa actividad genere. Esto ha producido que toda esta corriente de pensamiento llegue también a los hogares de nuestros estudiantes“, cuenta Natalia Zuleta, directora de admisiones de la institución.
Según la carta de Belgrado, realizada en octubre de 1975, los objetivos de la educación ambiental a nivel mundial son, entre otros, ayudar a las personas y a los grupos sociales a que adquieran mayor sensibilidad y conciencia sobre el cuidado del medio ambiente; hábitos y costumbres acordes con una apropiación cuidadosa de los recursos de uso cotidiano y los medios de transporte; así como una comprensión básica del medio ambiente en su totalidad, de los problemas conexos y de la presencia y función de la humanidad en él, lo que entraña una responsabilidad crítica.
Es por esto que esta escuela bogotana busca reeducar a sus estudiantes y familias en hábitos ambientalistas, para involucrarse en los debates sobre cómo restituir el daño que se ha hecho al planeta y no dejar que esto se dé solamente al final de la cadena productiva con las empresas y las instituciones gubernamentales.
Una de las acciones que ha liderado el colegio Gimnasio Fontana es medir la huella de carbono, la cual fue auditada y verificada por el Icontec otorgándoles el sello Huella de Carbono.
Desde su propuesta arquitectónica este espacio educativo promueve una interacción de los niños con el entorno natural en el que está, también el 100 por ciento de las áreas está diseñado para funcionar con luz del día. Su sede en las afueras de la capital, fue diseñada por el arquitecto Rogelio Salmona y fue declarada patrimonio cultural.
Los directivos del colegio han venido a Medellín a compartir sus experiencias con los jardines infantiles Delfines, Ositos y Sol naciente. Quieren promover este tema desde la primera infancia con el fin de fortalecer la sensibilidad naturalista de los más pequeños y promover hábitos sostenibles en su cotidianidad.
A propósito de la Alerta Roja Ambiental Fase I en la que está Medellín actualmente, vale la pena preguntarse, ¿por qué la educación ambiental es importante?