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Un poema de León de Greiff, los rostros de Julio Cortázar, Jorge Luis Borges, y los personajes de J.K Rowling inspiran a las cuatro librerías en el Valle de Aburrá que recorrió la Twittercrónica. Estos lugares tienen algo en común: buscan que los lectores encuentren sus libros preferidos y los acompañen con una buena taza de café.
Un oasis en El Centro
En uno de sus poemas, León de Greiff escribe “Yo, señor, soy acontista. Mi profesión es hacer disparos al aire. Todavía no habré descendido la primera nube.” De allí, como si vender libros fuese lo mismo que lanzar tiros al cielo, surge el nombre de El Acontista.
El restaurante El Acontista abrió sus puertas hace 15 años en el centro de Medellín, pero cuatro años y medio atrás, en el segundo piso, nació una librería con el mismo nombre. Un lugar donde la gente puede tomar café, comprar libros y escuchar música.
Al entrar, lo primero que se escucha es la melodía suave de un piano. Las estanterías de libros, tan altas que casi tocan el techo, rodean el lugar. En uno de los sofás, dos papás le muestran libros infantiles a sus hijos pequeños. Al niño mayor, que de vez en cuando corre por todo el lugar, y a su hermana bebé que mira los dibujos con los ojos muy abiertos desde su coche.
Alejandra Cifuentes es la librera. Ella, con la ayuda ocasional de su hermano Sebastián, se encarga de todo el lugar. Le busca los libros a los niños, recibe los nuevos pedidos, guía a los que acaban de llegar. Para ella una librería es como un mundo diferente, como un paraíso. “Este es el lugar donde vienen los amigos a encontrarse, a encontrar nuevos libros,” dice.
Aunque Alejandra es consciente de que recomendar libros depende de los gustos e intereses de cada persona, el título que primero se le viene a la mente para los que buscan cogerle amor a la literatura es ‘El último encuentro’ de Sándor Márai.
El Acontista tiene eventos los martes y los jueves cada quince días. Los martes se realizan lanzamientos de libros, “algunos llenan el lugar y no cabe una sola persona, y en otros solo viene la mamá del autor” explica Alejandra, dejando claro que a todos se les da una oportunidad.
Librería por tres
Cerca al estadio Atanasio Girardot existe un lugar en el que se unen tres de los conceptos más queridos por los lectores; el café, los libros leídos y los libros nuevos. En una amplia casa del barrio están Grammata, Palinuro y el Café Clementina.
Grammata ocupa la mayor parte del primer piso, con estanterías para todos los gustos y amplios sofás para leer.
Para Etilber Cano, librero, Grammata es más que una librería, es un concepto cultural. “A parte de la venta de libros nuevos, tenemos lanzamientos, clubs de lectura los viernes cada quince días, talleres de lectura para niños los sábados...”, relata. Para él lo más importante es que la comunidad lea y que participe.
Grammata también es importador de libros, es posible encontrar títulos que no aparecen en otras librerías.
Pasando junto al Café Clementina, y subiendo las escaleras al segundo piso, se encuentra el nuevo hogar del legendario Palinuro, librería de libros leídos.
Palinuro estuvo 13 años en el centro, pero el deterioro de la zona los obligó a buscar un nuevo lugar. “La gente hizo una cadena humana para que nos fuéramos”, cuenta con nostalgia Luis Alberto Arango, uno de los fundadores.
Al recorrer el segundo piso es imposible no detenerse a mirar los objetos curiosos; una jaula que cuelga del techo y que tiene, cual pájaros encerrados, cuatro libros adentro; la cautivante foto de una librería en Afganistán y Virginia Woolf y Jorge Luis Borges mirando al visitante desde todos los rincones.
“Aquí el mundo editorial va desde el siglo 16 hasta el siglo 21, pero no los llamamos libros usados si no libros leídos, porque ya cargan con experiencia,” explica Luis Alberto.
Una plataforma mágica
En la estación King’s Cross de Londres existe un lugar que solo los fanáticos de Harry Potter conocen. Entre la plataforma 9 y la 10, está la 9 ¾, lugar por donde los personajes acceden al tren que los lleva a Hogwarts, el colegio de magia.
La última parada de la Twittercrónica es en un lugar que lleva el mismo nombre de esa plataforma. Un sitio donde la música, el café y la iluminación transportan a otra atmósfera. Para Susana Pérez, quien le dio vida al proyecto, esta fue la razón para escoger el nombre de su librería.
En el kilómetro 16 vía Las Palmas, están los dos pisos de esta librería para que niños y adultos de cualquier edad, disfruten de los libros. En el primer piso los niños pueden leer y jugar en sofás en forma de madrigueras, y en el segundo, los adultos pueden tomar café mientras leen.
Evelin Ibarra, administradora de 9 trescuartos, explica que el concepto del lugar va más allá de los libros. “Nos enfocamos en el café, en la repostería, en que la gente se sienta en su casa y que pueda dispon er de los libros.”
En la librería se hacen conversatorios, grupos de lectura, cursos de croché, entre otros.
El Acontista, Grammata, Palinuro y 9 trescuartos son los lugares perfectos para escapar de la cotidianidad.
La primera librería que visitaremos hoy se llama @elacontista, está ubicada en el centro de Medellín #TwitterCrónica pic.twitter.com/y2uNyH7DTi
— El Colombiano (@elcolombiano) 27 de abril de 2016
@angelitoaleja es la librera. Para ella una librería es un mundo diferente, un paraíso. #TwitterCrónica pic.twitter.com/aco8DDCuf9
— El Colombiano (@elcolombiano) 27 de abril de 2016
En @Grammatatextos hacen presentaciones de libros, club de lectura, lectura para niños, entre otros. #TwitterCrónica pic.twitter.com/BB5XK4vYJY
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En la librería 9 trescuartos, los libros no son solo libros. Se transforman en obras de arte. #TwitterCrónica pic.twitter.com/Ufph527lc1
— El Colombiano (@elcolombiano) 27 de abril de 2016
Para mantener el gusto por la lectura de los niños hay que encontrar algo con lo que se identifiquen #TwitterCrónica pic.twitter.com/wonjU8usk1
— El Colombiano (@elcolombiano) 27 de abril de 2016
Para finalizar la #TwitterCrónica Daniel Guarín, promotor de lectura, hace una invitación. Gracias por acompañarnos! pic.twitter.com/9J8rAXw2Jn
— El Colombiano (@elcolombiano) 27 de abril de 2016