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Es solo una chaqueta, escribió en forma de hashtag la portavoz de Melania Trump, la primera dama de Estados Unidos, refiriéndose a la chaqueta que la esposa de Donald Trump usó para ir a visitar un albergue de niños inmigrantes en la frontera de su país con México.
La prenda de color verde tenía un mensaje imposible de no ver en su parte trasera: “Realmente no me importa, ¿a ti?”
Melania uso la chaqueta en medio de la polémica que suscitó la política migratoria del presidente Trump que separa a menores de edad de sus padres inmigrantes y los ubica en albergues que lucen como jaulas.
Como Melania, otras mujeres no solo se están vistiendo para verse bien, están buscando dar, a través de su vestuario, poderosos mensajes que se difunden gracias a la exposición mediática que viven día a día.
En Colombia, la primera dama, María Clemencia Rodríguez de Santos, aprovechó los días de la primera y segunda vuelta presidencial para darles dos avisos a los colombianos, quienes siempre han estado muy atentos a sus pintas.
Fake News (Noticias Falsas), eso decía en repetidas veces las cintas rojas puestas en los laterales de unos jeans de la marca británica Top Shop. “Tutina” los lució el pasado 27 de mayo cuando fue a votar acompañada del presidente Juan Manuel Santos. Para muchos, fue una clara denuncia sobre la información falsa que circuló durante el gobierno de su esposo y de la reciente campaña presidencial.
Para la segunda vuelta, el 17 de junio, María Clemencia usó una camiseta blanca con la palabra: colombianísima, la combinó con un pantalón y tacones negros.
Ese día escribió en su cuenta de Twitter: “Voté infinitamente orgullosa de Juan Manuel, de mi familia, feliz con Celeste. Podemos decir con toda tranquilidad #MisiónCumplida, hoy Colombia es un mejor país.
En ocasiones los mensajes no son tan explícitos y los expertos deben revisarlos en un contexto específico para determinar qué quisieron decir estas mujeres, por ejemplo, con el color que escogieron para su vestido.
Ese fue el caso de Michelle Obama, quien recibió a Melania Trump en la tradicional bienvenida a la Casa Blanca, hace casi dos años, con un vestido de color morado.
Inmediatamente, los conocedores en moda hicieron un análisis con el que concluyeron que el morado es uno de los colores usados en días de luto, un sentimiento que tenían muchos estadounidenses por esos días, después del triunfo de Trump.
Hubo otros más optimistas que dedujeron que era una invitación a la unidad y a la reconciliación entre partidos, pues el púrpura es el resultado de la combinación de los colores azul y rojo, los que identifican a las dos principales fuerzas políticas en Estados Unidos: los demócratas y los republicanos.
Otra primera dama del mismo país, Jackie Kennedy, dio un fuerte mensaje también con su vestido más icónico: el Chanel Rosado que tenía puesto el día en el que su esposo, el presidente John F. Kennedy fue asesinado.
“Déjalos (a los estadounidenses) que vean lo que hicieron”, fueron las palabras que le dijo a su secretaria, quien le pidió que se cambiara el vestido manchado de sangre para el momento de la investidura de Lyndon B. Johnson, quien asumió el cargo presidencias tras la muerte de su predecesor.
Como “el vestido de la venganza” se conoce la pieza que usó la Princesa Diana en 1994 el día en el que se transmitió un documental en el que el Príncipe Carlos hablaba sobre su infidelidad con Camilla Parker-Bowles. Diana, que estaba invitada a la fiesta de la revista Vanity Fair en la Serpentine Gallery, en Londres, no dejó de asistir y lo hizo vestida de Christina Stambolian: un escotado vestido negro con el que le dio a su exesposo un gran mensaje según la prensa: que para ella, él estaba muerto.