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Nuestras mascotas: ese amor incondicional

Tener una mascota puede revolucionar la vida de una persona, para bien o para mal. Escoger adecuadamente y prepararse con antelación le dará gratas sorpresas.

  • Tener una mascota puede revolucionar la vida de una persona, para bien o para mal. Escoger adecuadamente y prepararse con antelación le dará gratas sorpresas. Foto: Shutterstock.
    Tener una mascota puede revolucionar la vida de una persona, para bien o para mal. Escoger adecuadamente y prepararse con antelación le dará gratas sorpresas. Foto: Shutterstock.
10 de julio de 2017
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Sara llegó hace más o menos un año. Haidy García siempre había querido un gato, pero no se había presentado la ocasión; se acababa de separar y, como si hubiera estado destinado, su prima a los pocos días encontró en uno de sus paseos en el parque una caja con una gatita. Sara había permanecido ahí toda la noche; había llovido y estaba muerta de frío, sucia y enferma, sin embargo, allí estaba.

No fue muy difícil tomar la decisión de quedarse con ella, muchas personas dicen que no escogen a sus mascotas sino que ellas las encuentran. Hay cierta mística alrededor del tema, porque la convivencia con los animales da una perspectiva diferente: “Me he vuelto mucho más sensible. Antes yo veía animalitos por ahí, pero los veía como animales, ahora ya los veo como seres que sienten y los quiero ayudar. Hace poco vi en redes sociales un mensaje que decía que a los humanos les falta humanidad, porque la gente es muy fría, y yo formaba parte de ese grupo de indiferencia hasta que ella llegó a mi vida. Uno no solo termina ayudando a los animales, sino que ellos le ayudan a uno”, comenta Haidy.

En eso coincide la Organización Salvar, una red sin ánimo de lucro que se dedica a facilitar la adopción de animales abandonados: “Cuando nosotros escogimos el nombre de Salvar pensamos en que no solo estábamos ayudando a los animales, sino que lo animales también estaban salvando a las personas, porque para muchos la mascota se convierte en su todo. Personas que viven en soledad o absorbidas por el trabajo encuentran en ellos un amigo inseparable. Es un salvar mutuo”, comenta Laly Rodríguez, trabajadora social de la organización.

Salvar orienta a las familias en el proceso de encontrar un nuevo miembro para su hogar, pues quieren evitar al máximo que se dejen llevar por el impulso y terminen por abandonar de nuevo a la mascota: “Se sensibiliza a las familias antes de adoptar, se les explica que los cachorros durante su primer año son necios y que su comportamiento depende de cómo se les eduque, porque cada perrito tiene sus características de acuerdo con la raza”.

Los animales pueden ayudar a distensionar un ambiente, así no se conviva permanentemente con ellos. Varios estudios internacionales aseguran que la presencia de un animal doméstico en oficinas, casas de retiro u hospitales, puede ayudar a reducir el estrés, aumentar la productividad y facilitar la socialización. Esto lo demuestra, por ejemplo, el uso de perros para terapias de recuperación física y psicológica.

La fundación Las Golondrinas tiene un centro de terapia asistida con animales para tratar a niños en situación de vulnerabilidad, es decir, que han sufrido abuso físico y psicológico. El papel de los animales, en este caso perros amaestrados, es permitirle al niño desviar su atención del dolor que le impide realizar la terapia correctamente. “Lo que hacemos es diseñar sesiones con el perro, para que los niños pueden relajarse, contar lo que les ha pasado y trabajar aspectos concretos que hayan afectado la psicología del niño, lo que nos permite recuperarlo emocionalmente”, explica el psicólogo de la fundación, Jairo Aristizábal.

Aclara que es importante diferenciar los animales que hacen parte de las terapias, de las mascotas, pues estas últimas traen otra serie de beneficios por la convivencia permanente y los cuidados que necesitan. “Hay investigaciones que han demostrado que un niño, sobretodo en el primer año de vida, cuando convive con una mascota va a interiorizar la idea de considerar y respetar al otro como individuo. Un niño y un perro son muy parecidos en la manera en que aprenden y eso les ayuda a relacionarse en términos básicos que involucran el mismo lenguaje, por lo que crean empatía con mayor facilidad y, con la intervención de un adulto, se pueden inculcar buenas prácticas, por ejemplo, si se involucra al niño en el cuidado del animal: peinar al perro, bañarlo, cortarle las uñas, limpiarle las orejas y todo ese tipo de actividades, puede ayudar a que el niño incluya eso dentro de sus hábitos diarios”.

Es importante considerar cuidadosamente la raza y especie de una mascota. Si se trata de personas que viven solas, los gatos son la mejor opción, sobretodo si se adoptan más de uno para que se acompañen durante el día. Cuando se trata de familias con niños pequeños, los perros pueden ser una gran ayuda para su crianza, pero se debe revisar con atención las necesidades de cada raza y el ambiente en el que se tendrá, pues el perro se debe adaptar a su espacio y a su presupuesto. Al fin y al cabo, las mascotas terminan por convertirse en mucho más que animales y lo acompañarán por muchos años, con todo lo que esto implica.

TENGA EN CUENTA ANTES DE ELEGIR SUS MASCOTAS

Gatos:

- Son muy independientes y algunas veces pueden resultar algo distantes.

- Son muy afectivos con los niños pequeños, especialmente el maine coon y el siamés.

- Todas las razas conviven muy bien con personas adultas. Se recomiendan los criollos.

- Estas razas demandan especial cuidado con su pelo, es recomendable adaptar su comida a ello.

- Es importante dedicarle un momento de juego al gato para que gaste sus energías y no se estrese.

Perros:

- Requieren mucha atención, se necesita tiempo para educarlos.

- Si tiene una familia con niños pequeños, los labradores y las razas similares son las mejores.

- Para los adultos, las mejores razas son los caniche, shar pei, basset hound, dálmata y bulldog.

- Esas razas necesitan espacio, si no se tiene en la vivienda, hay que sacarlos con frecuencia y ejercitarlos.

- Si no cuenta con mucho tiempo para sacarlos al aire libre, es importante entrenarlos para el espacio que tienen.

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