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A primera vista, Yuli Montoya parece una mujer madura, pero en su rostro se sigue dibujando la sonrisa de una niña. Hace unos años, aún siendo menor de edad, quedó embarazada, ese estado transformó sus sueños y metas pues su labor de madre le ocupa la mayor parte del tiempo.
Sin embargo, ella nunca ha pensado qué sería de su vida si nace otro bebé, situación que tendría que contemplar, pues una de cada cinco adolescentes está o ha estado embarazada y una de cada tres de estas madres, tiene su segundo hijo en menos de dos años.
Estas cifras, del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), han llevado a la entidad a crear una estrategia para mitigar esta problemática. Yo Cuido Mi Futuro por Dos, es el proyecto que el ICBF y la corporación Estratégica en Gestión e integración Colombia (Egesco) implementó en el 2016 con más de 1.400 adolescentes entre los 15 y los 19 años en 6 departamentos — Antioquia, Cundinamarca, Nariño, Bolívar, Magdalena y Córdoba— del país para prevenir los embarazos subsecuentes en esta población, es decir, para que los padres adolescentes no vuelvan a tener un embarazo no planeado.
Según informó Diana Carolina Cuervo, directora del proyecto, entre los grupos con los que se trabajó la estrategia hay menores de edad que ya son padres o madres y madres gestantes, puesto que tienen menos oportunidades de acceso eficaz a sus derechos fundamentales, esta situación empeora cuando se presenta un segundo embarazo por eso es prioridad atender esta problemática.
Mediante metodologías lúdicas, pedagógicas y artísticas Yo Cuido Mi Futuro por Dos, permitió que los participantes conocieran sus derechos y consolidaran sus proyectos de vida para fortalecer su desarrollo personal y social, en el que se vincularon diferentes instituciones del estado.
“También fueron implementadas estrategias de movilización social como la presentación de la obra de teatro ante público general, la realización de la caminata (movilización deportiva) por las calles de los barrios vinculados y sensibilizando a la comunidad frente a ésta problemática, el desarrollo de los foros en los que participaron jóvenes y adolescentes que recibieron el mensaje de prevención de embarazo en la adolescencia”, asegura Cuervo.
Los temas abordados en los talleres para fomentar los procesos de empoderamiento fueron: Los derechos fundamentales, sexuales y reproductivos, el embarazo subsecuente, la realización de sueños, el autoconocimiento y la equidad de género.
De acuerdo con la última Encuesta Nacional de Demografía y Salud (Ends), que publica cada cinco años Profamilia, el Ministerio de Salud y Protección Social, Medellín tuvo una importante reducción del embarazo en adolescentes al ubicarse a más de cuatro puntos por debajo de la media nacional, que está en 17,4 % contra 12,8 % de esta ciudad.
Aunque los datos muestran una comparación de cifras locales más bajas que las nacionales, para Olga Leonor Hernández, psicóloga clínica, estamos asistiendo a una generación, que es a los adolescentes a los que nos estamos refiriendo, con una cultura bastante inmediatista, hay una costumbre de buscar una satisfacción rápida de cualquier necesidad que se tenga.
“La sexualidad entra a ser parte de ese contexto. Muchas adolescente no tienen presentes las consecuencias y tienen sexo sin real conciencia de lo que eso implica, no solamente existe la posibilidad de un embarazo sino de enfermedades de transmisión sexual. No hay una responsabilidad de los actos”.
Para prevenir un embarazo adolescente, continúa Hernández, lo primero que se debe hacer es educar, pero no solo con un enfoque biológico explicando cómo nacen los hijos o cuáles son las partes del cuerpo, sino también hablando de la compresión emocional y psicológica de la sexualidad y las implicaciones que trae la maternidad.
“Si una madre menor de edad vuelve a embarazarse, es porque no ha comprendido las consecuencias y seguramente está cuidando un niño sin criarlo, es decir, tiene una vida en las manos y no se ha hecho responsable”, dice.
Por otro lado, la psicóloga Raquel Ardila afirma que para evitar un segundo hijo sería importante revisar las razones que llevaron al primer embarazo y poder dilucidar las motivaciones de los jóvenes, permitiéndoles asumir otras responsabilidades frente a ellos mismos antes de hacerse cargo de otro individuo.
“Las causas son múltiples, van desde la estructura de la personalidad y la historia familiar, hasta las condiciones socioeconómicas y educativas. No obstante, obedecen más a la formación personal que a la falta de información sobre el tema, pues los jóvenes están saturados de datos pero carecen de otros soportes para darle oportunidad a la formación en su vida antes de asumir la de un hijo” .