Un bogotano lleva cuatro meses desaparecido en Medellín

James Andrés Arango Dávila, de 32 años, está desaparecido en el Valle de Aburrá desde el 25 de agosto. FOTO CORTESÍA

James Andrés Arango Dávila, un bogotano de 32 años, llegó a Medellín en julio, estaba cansado del calor de Cartagena, ciudad a la que ocho meses antes había viajado por trabajo. Allí vivía con su madre y su esposa. Alquilaba carpas para turistas en las playas de Bocagrande y fue precisamente en una de esas playas donde conoció a un hombre de su misma edad que le propuso viajar a la capital de Antioquia, hacerse su socio y montar un negocio. Andrés aceptó.

Su familia sabe que llegó a Medellín, pero desde hace cuatro meses no tiene noticias suyas. Desapareció la última semana de agosto en alguna parte del Valle de Aburrá.

“Él recogió una platica en Cartagena, dijo que no se aguantaba el calor y que se iba para Medellín porque conoció a un muchacho que le dijo que tenía un vivero, que se hicieran socios”, cuenta Gladys Dávila, madre de Andrés.

Ella ahora vive en Cartago junto a Dani, la esposa de su hijo. Viajaron juntas a esa ciudad del Valle del Cauca para quedarse algunos días donde la suegra de Andrés, quien las recibió mientras podían mudarse junto a él a Medellín.

Mantuvieron un contacto frecuente, incluso Dani viajó a Medellín el fin de semana previo a la desaparición de su esposo. Se quedaron juntos en un hotel del centro y en esa misma visita conoció a Andrés Felipe, el supuesto nuevo socio de su esposo.

“Él estaba viviendo en la casa de este muchacho, yo lo conocí pero la verdad no sé cuáles son sus apellidos. Sé que vivían en la casa de él, pero nunca fui. Nombraban mucho a Bello y hablaban del mirador, decían que por allá venteaba mucho”, comenta Dani.

Gladys recuerda que en la madrugada del 25 de agosto su nuera regresaba de Medellín y recibió una llamada de Andrés. Esa fue la última señal que recibieron.

“Cuando venía en el bus se quedó dormida y no oyó el celular. Él le hizo una llamada a las 4:15 de la mañana, desde ese día no sabemos de él. Se nos hace muy rara esa llamada porque él habría esperado a que amaneciera para llamar”, dice la madre de Andrés.

Desde entonces han viajado tres veces de Cartago a Medellín para preguntar, atar cabos y pegar afiches con fotografías. También acudieron a la Policía, a la Fiscalía y a Medicina Legal tratando de encontrar ayuda. No han encontrado rastros de James Andrés ni de su socio, Andrés Felipe.

“Pusimos el denuncio de desaparecido, fuimos a Medicina Legal, a la Policía, lo han buscado por todas partes y nada”, dice Gladys.

Los cuerpos del río Medellín

Entre el 30 de noviembre y el 7 de diciembre los cadáveres de cuatro hombres fueron rescatados del río Medellín.

Uno de esos cuerpos, según le dijo a Gladys alguien que conoció la noticia, tenía características similares a las de su hijo. Fue la única información del caso que recibieron en mucho tiempo.

Dani cuenta que de inmediato se comunicaron con Medicina Legal. En una primera llamada les respondieron que ninguno de los cuatro hombres coincidía con la descripción de Andrés, en la segunda, que no había sido posible identificarlos por cuenta del paro judicial.

El Colombiano también consultó y finalmente esa institución confirmó que no cuenta con registros de algún cuerpo con la identidad de James ni de un N.N. de su edad entre los meses de agosto y diciembre. Así que la posibilidad de que fuera uno de esos cuatro cadáveres quedó descartada.

Dani y Gladys se apegan ahora a esa última llamada, la que se hizo desde el número de Andrés en la madrugada del 25 de agosto. La Policía les prometió rastrearla, pero hasta el momento no hay resultados. El próximo 25 de diciembre se cumplirán cuatro meses desde entonces.