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Las 8 promesas de Brookfield como nuevo dueño de Isagén

Sachin G. Shah, líder del negocio de energía del fondo de inversión canadiense, responde a EL COLOMBIANO sobre el futuro de la generadora, tras comprarle al Gobierno.

  • Sachin Shah (izquierda), líder del negocio de energía de Brookfield, junto a Luis Fernando Rico, gerente de Isagén. FOTOS Donaldo Zuluaga
    Sachin Shah (izquierda), líder del negocio de energía de Brookfield, junto a Luis Fernando Rico, gerente de Isagén. FOTOS Donaldo Zuluaga
Las 8 promesas de Brookfield como nuevo dueño de Isagén

En el país continúa la polémica por la venta de Isagén. Aún hay demandas en altos tribunales pendientes de fallos de fondo. Sin embargo, a los directivos del fondo de inversión canadiense Brookfield Asset Management (BAM) se les ve serenos, convencidos, luego de ser protagonistas de la mayor privatización en la historia de Colombia.

De un lado, ya pagaron 6,49 billones de pesos al Gobierno y tienen listos los otros 4,77 billones requeridos para comprar a accionistas minoritarios, incluido EPM, que buscará vender su parte, como decidió la Alcaldía (ver Qué sigue...).

Tal tranquilidad de los líderes de Brookfield se evidenció en la mañana de ayer cuando visitaron las instalaciones de EL COLOMBIANO. El director ejecutivo del negocio de energías renovables de la canadiense, Sachin G. Shah, su presidente de junta directiva, Harry Goldgut y el gerente para Colombia, Carlos David Castro.

Además los acompañó el gerente de Isagén, Luis Fernando Rico Pinzón, como señal del respaldo a la continuidad de la actual administración de la tercera generadora de Colombia y que ahora hará parte de uno de los fondos privados más robustos del mundo.

Gestionan activos por 225 mil millones de dólares, algo así como 759,3 billones de pesos bajo un modelo que, aseguran, es descentralizado, con autonomía y basado en la administración, talento y ejecutivos locales (ver gráfico).

Por tanto, la inversión en Isagén apenas es del 2 por ciento del portafolio de activos que gestionan en bienes inmuebles, infraestructura, fondos de capital privado y energía en seis regiones
del mundo.

No obstante, este último es su negocio más pequeño, con 20 mil millones de dólares en activos, por lo que Isagén sería cerca de un 25 por ciento, y “desde esa perspectiva es una operación muy relevante para nosotros”, afirmó Shah.

El ejecutivo estará el próximo lunes en la asamblea general de accionistas, en Plaza Mayor, en la cual Brookfield entrará a la junta directiva de Isagén. Por lo explicado, lo más probable es que asuman cinco de los siete puestos de la máxima instancia. Esto atiende el límite de 25 por ciento de miembros independientes de las normas colombianas del mercado de valores para empresas que están listadas en Bolsa y han emitido bonos de deuda.

Entre tanto, luego de varios meses de buscar la visión de Brookfield, el ejecutivo contestó un extenso cuestionario en que fijó posiciones. Esta entrevista queda como memoria de al menos ocho promesas que hizo Brookfield al asumir el control operativo de Isagén:

Isagén se queda en Medellín

Si bien el reglamento de venta de Isagén dispone que su domicilio debe permanecer al menos 7 años en la capital antioqueña, Shah fue enfático en que Brookfield no planea que eso cambie después de 2023 o en un plazo mayor.

“Nuestro objetivo es quedarnos acá, seguir contratando gente de acá y seguir fomentando que la empresa crezca desde acá durante los siguientes 30 o 40 años, pues Isagén ya es uno de los más importantes generadores de energía del país, por lo que nuestro objetivo es proteger esa fortaleza de mercado”.

Agregó que la compañía seguirá gestionada de la misma forma en que se ha hecho hasta ahora. También se enriquecerá con las lecciones aprendidas en otros países.

La apuesta tiene en cuenta que Brookfield ya suma 80 mil megavatios (MW) de potencia instalados en tres continentes, eso es unas cinco veces la capacidad que tiene Colombia.

La inversión en energía comenzó hace 30 años y hoy ya tiene en generación hidroeléctrica 6.500 MW y otros 1.000 MW en desarrollo. Además cuenta con 1.500 MW de generación eólica, más 2.000 MW por construir: en energía solar apenas están incursionando, “pero prevemos que crezca”.

Invertir más en isagén para que crezca

En lo que sí habrá cambios, según el nuevo dueño, es en aportes de capital de inversión para ampliar la capacidad de generación que tiene Isagén, lo que se traducirá en mayor confiabilidad de la electricidad del país y también, más ingresos y utilidades para Isagén.

Por eso se ven oportunidades de mejora en buscar ampliar la actual capacidad de generación (3.032 MW). Eso se podría dar a partir de que el Gobierno abra subasta para asignar cargos por confiabilidad para suplir la demanda futura.

De cara al bajo consumo per cápita de energía en Colombia, Shah opina que “son necesarias dos cosas: mayor generación y diversificar las tecnologías empleadas (...). En términos de tecnología, creo que Isagén tiene potencial de diversificar su matriz de generación con eólica (viento), fotovoltaica (solar) y geotérmica (a partir del calor del subsuelo). Tenemos que seguir estudiando esas opciones, apenas llevamos tres días como inversores”, añadió.

Para apalancar las inversiones, Brookfield asegura que podría traer financiación internacional más barata, a intereses más bajos, de la que tiene Isagén como compañía local.

“El crecimiento de Isagén estuvo impedido antes porque el Gobierno no puede enfocarse solo en ella y debe atender muchos otros sectores. Nosotros nos enfocaremos en ella y en consolidarla”, puntualiza Shah.

el Foco: en Colombia y en generación

Si bien Isagén lleva varios años buscando internacionalizarse y comprar activos de generación en el exterior, especialmente en Centroamérica, lo cierto es que con el nuevo dueño, la prioridad será crecer de manera orgánica en el país.

“En cuanto a las inversiones en el exterior veremos qué oportunidades hay, si son buenas las llevaremos a cabo. En todo caso, Isagén es una gran plataforma para seguir consolidando, invirtiendo y creciendo dentro de
Colombia”.

También Brookfield tiene claro que Isagén debe concentrarse en su principal negocio, y qué otro tipo de inversiones le interesan en el país, ante el déficit de infraestructura, se realizarían con otros vehículos. (ver opiniones).

“No prevemos despedir a nadie”: SHAH

El martes pasado, mediante una videoconferencia, Brookfield dijo a los cerca 685 empleados de Isagén, sin contar contratistas, que no quiere ni prevé recortes de personal. A propósito, Shah ejemplificó la experiencia tras adquirir la Empresa de Energía de Boyacá (Ebsa), en 2012, donde se mantuvo el gerente, se mejoró la eficiencia y se invirtió en ampliar infraestructura.

“Nuestro éxito es que en un plazo de 10, 15 o 20 años, todos estén contentos de trabajar en Isagén, por ser una empresa en constante crecimiento que brinda oportunidades a la sociedad local y ascenso de los empleados, al punto que queremos usar la experiencia y conocimiento de Isagén para que nos ayuden en un contexto latinoamericano o global. Nosotros hacemos eso todo el tiempo”, explicó.

Añadió que los expertos técnicos, durante la debida diligencia (antes de la compra), se sorprendieron por el nivel de la ingeniería local y el mantenimiento de las centrales hidroeléctricas de Isagén, así como “la forma en que la empresa trata a los empleados”.

Isagén no cambiará de nombre

Sobre la posibilidad de que la generadora pase a llamarse, por ejemplo, Brookfield Energía de Colombia” o asuma cualquier otra marca, Shah fue tajante en responder: “se mantendrá el nombre y así se reconocerá como parte de nuestra amplia inversión mundial en energía”.

Se mantendrá inversión en comunidades

Que el nuevo dueño suspenda las inversiones complementarias, más allá de lo que obliga la ley, que hace Isagén en proyectos sociales y ambientales en las áreas de influencia de sus centrales, era uno de los grandes temores que alegaron los opositores a la privatización de la empresa.

Al respecto, así respondió Shah a EL COLOMBIANO: “Pensamos que los programas de Isagén son muy serios e involucran muy bien a la comunidad y por eso continuaremos apoyándolos (...). Tenemos 250 plantas de energía en distintas partes, y lo más importante para nosotros es poder ganarnos la licencia social, respetando a la comunidad, identificando necesidades que se pueden atender desde la compañía. Si eso no fuera así, no llevaríamos 30 años en este negocio”.

Añade que Brookfield tiene experiencia en solucionar asuntos ambientales, mantiene contacto con las comunidades de campesinos y pescadores en las distintas latitudes en que operan y apoya a iniciativas locales para mejorar sus actividades económicas.

“Así es como se construye localmente la reputación. Eso haremos en Colombia, sin necesidad de ser mediáticos, porque nunca lo hemos sido”, concluyó el líder del negocio de energía de Brookfield.

No se exprimirá a Isagén

Los opositores a la venta de la generadora caracterizaron la actuación de Brookfield como una suerte de lobo feroz que va por el mundo adquiriendo activos para recuperar cuanto antes lo invertido a punta de “exprimir” a la compañía con tal de asegurar rentabilidad.

La visión de Shah es opuesta y presenta a Brookfield como “un inversionista paciente” que no ha desinvertido en tres décadas en ninguna de las más de 200 centrales hidroeléctricas donde ha puesto su dinero y el de sus socios. “De hecho, llevo 14 años en Brookfield y no he visto nada similar. Hemos pasado por casos en donde no hay rentabilidad, resulta baja o hay oposición a que invirtamos, como ha pasado aquí. Pero todas han sido situaciones coyunturales y tenemos una visión más amplia, de largo plazo”.

Los análisis de Brookfield arrojan que Isagén se comporta de manera similar a otras grandes compañías de generación con mayoría estatal de otros países. “De hecho, hemos concluido que se comporta mucho mejor, al compararla con otras empresas que hemos adquirido en Norteamérica y otros mercados”, aclaró el ejecutivo.

Costos no apagarán la central Amoyá

Isagén emprendió una epopeya al construir la central hidroeléctrica de Amoyá, de 80 MW, en pleno cañón de Las Hermosas, uno de los corazones del conflicto armado en Colombia, y a donde llegó primero la generadora que el mismo Estado.

Pero por razones de seguridad y altos costos operativos, no es rentable. Contrario al dictado de la rentabilidad, Brookfield afirmó que no apagará esta central: “somos optimistas, confiamos en el proceso de paz y toda la tranquilidad que se generará en el territorio”, agregó Shah. Sobre la negociación entre Gobierno y Farc, destacó la transparencia del proceso y que ha sido uno de los factores para poner al país en sus planes: “creemos que el acuerdo traerá muchos beneficios porque hará que inversionistas extranjeros como nosotros sigan apostando a Colombia”.

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