“Yo tenía la moral por el piso”

Dice Céiber Ávila, quien espera ser oficiliazado medallista olímpico. “Hay una justicia divina”.

Céiber Ávila dice que ahora trabajará con mayor ilusión para regresar a unos Juegos Olímpicos. FOTO AFP

Jheyner A. Durango Hurtado

10 de diciembre de 2016

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Minutos después de terminar su último y polémico combate en los Juegos de Río de Janeiro-2016, Céibar Ávila no pudo contener las lágrimas de dolor al ser entrevistado.

Asegura que ni los golpes recibidos en su carrera deportiva habían sido tan severos como la decisión que tomaron los jueces ese miércoles 17 de agosto, al darlo sorpresivamente perdedor en cuartos de final ante el ruso Misha Aloian, quien más adelante lograría plata al perder en la final de la división de los 52 kilogramos.

Ayer, mientras recogía maíz en la finca de un tío en Currulao, corregimiento del municipio de Turbo donde nació hace 27 años, el pugilista antioqueño volvió a llorar pero esta vez de felicidad al saber, luego de 112 días, que podría recibir el bronce olímpico.

El Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) le retiró el jueves al ruso, así como al levantador de pesas rumano Gabriel Sincraian -bronce- las preseas conseguidas en las justas de Brasil tras cometer violaciones a las normas antidopaje durante la competición.

En el caso de Aloian, fue encontrado positivo por Tuaminoheptano, estimulante prohibido por la Agencia Mundial Antidopaje (Wada), lo cual abre la posibilidad de que el Comité Olímpico Internacional (COI) le otorgue el metal al colombiano.

“Ese no sería el aguinaldo de Navidad sino el premio por el que he trabajado desde niño”, indicó Ávila, al agregar que tarde o temprano, “el tiempo devuelve lo que antes te arrebataron”.

“Me siento contento y más tranquilo porque hay una justicia divina que no permite dudas y la cual me podría estar dando la recompensa”, indica el deportista en referencia al duelo con el ruso.

“Uno se prepara para dejarlo todo en el ring, pero encontrarse con decisiones tan injustas como la que dieron esa vez los jueces fue decepcionante. Ahora, al saber el dopaje de él, se compensa un poco todo el sacrificio y el sufrimiento que he pasado. Se estaría haciendo justicia. Es triste seguir viviendo esto en el deporte y que no haya juego limpio”.

El boxedor, padre de Céiber Junior, cuenta las horas al lado de su pequeño de dos años para conocer la oficialización de su logro olímpico.

“Tenía la moral en el piso, ahora está por lo alto. Sería súper, lo máximo, mostrarles la medalla a mi familia como a los chicos de Currulao, pues quiero ser ejemplo a seguir. Si sé que fui bronce también me doy cuenta de que puedo ganar oro, por eso, y gracias al apoyo de Indeportes Antioquia, seguiré en el boxeo aficionado y dejaré aplazado el paso al profesionalismo. En mi mente visualiazo más claro a Tokio-2020, donde voy por el triunfo” .