El crudo relato del coordinador francés de MSF tras ayudar en los rescates en la tragedia de Armero
El 13 de noviembre de 1985, Médicos Sin Fronteras (MSF) redefinió su trayectoria y la forma de atender catástrofes en todo el territorio colombiano.
Cuarenta años después, el recuerdo de la erupción del volcán Nevado del Ruíz, que el 13 de noviembre de 1985 sepultó al territorio de Armero, permanece vivo a través de quienes estuvieron ayudando en la primera línea de la emergencia.
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Más allá de la cifra devastadora de víctimas —alrededor de 25.000 de sus 31.000 habitantes murieron—, la magnitud de la tragedia requirió la asistencia de organizaciones internacionales como Médicos Sin Fronteras (MSF), que enfrentó su primera catástrofe de tal calibre.
La dimensión de una catástrofe inédita
Para Piére Marie, oriundo de Francia y el primer coordinador de logística y suministros de Médicos Sin Fronteras en Colombia, la misión en Armero fue un desafío sin precedentes. En los medios de comunicación de la organización, relató como fue cada momento.
Esta organización, nacida en 1971 para llevar salud gratuita e independiente a poblaciones vulnerables, se encontró con un escenario donde las capacidades locales de rescate se vieron superadas por el desastre.
El coordinador logístico de la época relató la impresión inicial al recibir la noticia. “Esta era la primera vez que Médicos Sin Fronteras se enfrentaba a una emergencia de esa magnitud. Cuando me dijeron que tenía que viajar a Colombia a buscar miles de personas bajo los escombros, me estremecí”, sostuvo a los medios de MSF.
La avalancha de lodo y piedras que descendió sobre el municipio alrededor de las nueve de la noche lo convirtió, según él, en una trampa mortal para todos los presentes.
Maquinaria y frustración
La principal prioridad logística de MSF fue enfrentar el volumen de lodo, que se solidificó rápidamente por las altas temperaturas —superiores a los 35 grados—, atrapando a miles de personas. Piére Marie explicó las medidas que debieron tomar y la dificultad para lograr los rescates:
“Eran dos deslizadores, uno de Francia y otro de Inglaterra. Son máquinas especializadas para mover el lodo. Fue difícil por la temperatura en Armero —más de 35 grados— y por la cantidad impresionante de lodo, el cual se secó rápidamente y quedaron miles de personas atrapadas, sin poder salir. Fue frustrante no lograr los rescates que esperábamos y posteriormente comenzamos a levantar una clínica en Mariquita, el municipio cercano”, relató.
Durante el trabajo humanitario, que se extendió por más de 14 meses, la organización distribuyó 22 toneladas de insumos médicos en Armero, cubriendo desde medicamentos y equipos de atención primaria hasta materiales para cirugías de emergencia.
Paralelamente, implementaron brigadas médicas en municipios vecinos como Lérida y Líbano para atender a los desplazados.
Un inicio de operaciones marcado por la adversidad
La intervención en Armero y sus alrededores, centrada en la atención de heridos y la prevención de enfermedades infecciosas, se convirtió en el punto de partida para las operaciones de MSF en el país.
Después de un año de trabajo, la organización se trasladó al departamento del Chocó. En este nuevo contexto, Piére Marie se enfrentó a un desafío distinto: la dificultad logística y la incomprensión de su labor en zonas remotas.
El francés narró un encuentro que puso a prueba la misión inicial de la organización:
“¿Qué hacen dos franceses caminando por acá?, nos dijeron unos hombres armados y nos detuvieron cinco días y cinco noches. Era la primera vez que me sucedía algo así, yo tenía 34 años. En Colombia, en ese entonces, no se conocía a Médicos Sin Fronteras y nosotros estábamos llegando a donde no había hospitales, centros de salud, nada. Después nos liberaron y logramos instalar un proyecto en esa zona”, concluyó en la página web de MSF.
La experiencia de Armero y los meses posteriores definieron la trayectoria de MSF en Colombia, llevando a cabo proyectos de largo plazo en áreas desatendidas, consolidando protocolos de respuesta ante desastres y enfocándose en poblaciones indígenas, rurales, migrantes y víctimas de violencia.
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