Duele irse de esto tan maravilloso...

Como en su casa está guardada más de la mitad de su historia, a Darío de Jesús Naranjo le cuesta irse, le duele tanto, que hasta se le quiebra la voz cuando narra lo que para él representaba esa vivienda de la que ayer tuvo que marcharse obligado por las circunstancias, porque un morro amenaza con venírsele encima.

Y en ese caso, es mejor cuidar la vida que los recuerdos, así sean buenos, "porque vida hay una sola y los recuerdos -al fin y al cabo- son muchos y están en el corazón", comentó mientras miraba a su hijo de 7 años, también triste por la partida.

Darío, junto a su esposa, cuatro hijos y un cuñado, habitaba hasta ayer una amplia y confortable vivienda en la vereda Vallano, en el sector El Salado, de Envigado, pero por la amenaza de la montaña ubicada detrás del inmueble, la Alcaldía lo obligó a un desalojo preventivo.

Junto a él, otras 27 familias recibieron la misma "recomendación", en este caso una orden tajante, pues así como puede no ocurrir nada, también podría desatarse un alud que sepulte las casas.

"Me duele mucho dejar la casa. Acá llevamos 32 años, casi toda mi vida, y vivo contento, pero tocó salir porque no nos vamos a exponer al peligro", decía Darío con los corotos en la acera de la casa, en la vía al Parque Ecoturístico El Salado, a la espera de un camión para cargarlos a su nuevo apartamento en San Rafael, un sector ya más urbano.

El ambiente de tristeza contrasta con lo bello del paisaje de las casas: atrás el cerro La Pava, tupido de vegetación y todo un pulmón que refresca los aires, pero con grietas y amenazante.

Al frente, la quebrada La Ayurá con su música natural y sus aguas cristalinas que suenan al rodar y chocar contra las piedras, y como eje del ecoparque El Salado, amplio, exuberante y con cientos o miles de pájaros danzando y cantando entre los árboles.

Por todo esto, no es fácil irse de Vallano, salir de esta zona tan maravillosa, tan plena e invadida de vida.

"Y más que mi casa es tan amplia, la fui haciendo con esfuerzo: tiene sala, comedor, 3 alcobas, dos baños, cocina integral", se lamentó finalmente Darío, a quien la Alcaldía le asignó 550 mil pesos para que fuera pagando el arriendo mientras se le da otra vivienda, pues él cree que nunca regresará a la de su vida, "porque no confío en los trabajos que hagan pa'contener la montaña...", advirtió.

La vecindad...
En contraste, su vecina Irma Jiménez sí salió feliz, pues hace meses sentía pánico de dormir allí, desde que la montaña empezó a ceder en la parte de abajo y vio que su vida y las de su tío, su hija y su bebé corrían peligro de quedar sepultadas.

"¿Bonito esto?... sí, pero yo ya no dormía del miedo", comentó.

A su lado, Maribel Vásquez se quejó porque considera injusto que la Administración no tenga piedad con los arrendatarios y sólo les ayude a los dueños.

"Yo pago 400 mil pesos, me fui a buscar una casa de afán y no encontré una de ese precio, todas valían entre 550 mil y 600 mil pesos, no me da pa'pagar eso y en la Alcaldía no me ayudan", expresó la joven mujer, que no quiso irse al albergue habilitado por la Alcaldía en el centro de salud de El Salado, donde hay alojadas dos familias en condiciones confortables y dignas, según dijeron, mientras consiguen una casa en arriendo.

Carmen Cecilia López, del Comité Local de Emergencias, explicó que el desalojo es preventivo mientras se realiza un estudio a fondo de la situación.

Añadió que con ingenieros geotécnicos, que ayer estaban en el sector, se establecerán las razones del problema y las medidas a tomar.

A su vez, la Secretaría del Medio Ambiente decretó el cierre indefinido del Parque Ecoturístico El Salado, también de manera preventiva.

"Hasta el momento, el Parque no presenta ningún daño o riesgo para la comunidad, pero se tomó esta decisión con el fin de prevalecer la seguridad de la comunidad ante todo", dijo la Secretaría y les recomendó a los caminantes no ir por estos días a la zona para que no arriesguen sus vidas.

Este cierre será hasta que se conozcan los resultados del estudio de suelos que se adelanta en la zona de inestabilidad.