Economía, a buen paso
Las políticas fiscal y monetaria favorecieron un crecimiento del PIB en 2013 del 4,3 por ciento. La construcción fue el sector líder. La industria se mantuvo en rojo. En 2014 las cosas deben mejorar.
Con el propósito de enderezar la marcha de la economía, en los primeros meses del año pasado el Gobierno puso en ejecución su estrategia de recuperación económica basada en el Programa PIPE. Este programa se centró en el impulso a la construcción. Adicionalmente, se buscaba la recuperación del sector manufacturero.
La estrategia gubernamental se vio favorecida por una situación fiscal relativamente holgada que posibilitó un mayor gasto público.
De otra parte, la política monetaria expansiva aplicada por la Junta Directiva del Emisor creó las condiciones para que la actividad productiva acelerara su marcha y se diera una creciente generación de empleo. Además, el programa de compras de divisas evitó un mayor daño en el frente cambiario.
De esta forma, la aplicación al unísono de las políticas fiscales y monetarias, junto a unos muy sólidos fundamentales y un progresivo mejoramiento del entorno externo, crearon las condiciones para que la economía tomara un nuevo aire.
Gracias a ello, en 2013 la construcción se consolidó como el sector líder de la economía con una tasa de crecimiento del 9,8 por ciento. Esto ha ido de la mano del tan anhelado repunte de la inversión en infraestructura. Es de esperar que en 2014 la construcción y las obras civiles mantengan su marcha acelerada.
El sector minero-energético, a tono con lo que ha pasado con los precios internacionales de las materias primas, continuó perdiendo impulso y su crecimiento en 2013 fue de sólo 4,9 por ciento. En este resultado las exportaciones de hidrocarburos fueron determinantes, lo que no deja de ser una ironía pues Colombia está lejos de ser una potencia petrolera.
Los demás sectores, como comercio y financiero, registraron aumentos ligeramente superiores a los del PIB total. Esto llevó a que, en general, y excepto por los datos extremos de la construcción y la caída de la industria (-1,2 por ciento), se registrara un crecimiento más equilibrado.
La agricultura presentó un incremento del 5,2 por ciento gracias a la recuperación de la producción de café. Las otras actividades agrícolas y pecuarias, aunque mejoraron su comportamiento, todavía no consiguen consolidar una mayor dinámica.
Por su parte, la industria, a pesar de haber sido uno de los sectores favorecidos con el PIPE, se mantuvo en rojo. La falta de una política industrial eficaz se ha hecho evidente. Allí el Gobierno tiene mucho por hacer, pues los sectores transables son esenciales para garantizar un crecimiento sostenible.
Por el lado de la demanda, el consumo interno, tanto el privado como el del Gobierno, tuvo un destacado comportamiento (4,7 por ciento). La inversión y las exportaciones también registraron crecimientos positivos.
Los resultados de 2013 y los indicadores de la marcha de la economía en estos primeros meses hacen prever que esta mantendrá, durante el presente año, su senda de crecimiento progresivo ubicándose en niveles cercanos al 4,7 por ciento. Sin embargo, las autoridades económicas deberán ser muy cuidadosas en sus decisiones pues el panorama no se despeja del todo.
¿ES POSIBLE SEGUIR CRECIENDO POR ENCIMA DEL 4,3%?
Por RAMÓN JAVIER MESA CALLEJAS
Decano, Ciencias Económicas, U. de A.
Pese a las incertidumbres frente a la recuperación de las economías industrializadas, la economía colombiana logró enderezar su ritmo de crecimiento en el segundo semestre del año anterior, creciendo a una tasa del 5%, para terminar el año con una variación del PIB de 4,3%. Como principal fuente de expansión de la actividad económica, aparece la construcción como el sector líder, con un crecimiento cercano al 10%, a partir del mayor dinamismo que registraron vivienda y obras civiles, seguido de la agricultura, que registró un crecimiento anormal, 5,2%, un poco más del doble de lo que venía creciendo en los últimos años. Sumado a lo anterior, se destaca el aporte al crecimiento de la política fiscal a partir de las medidas implementadas en el PIPE, que sin duda dieron una mano importante en la expansión de la economía.
Para este año, las posibilidades de crecer por encima del 4,3% no aparecen muy sólidas, en vista de que no se vislumbran otros sectores, diferentes a la construcción y la agricultura que puedan jalonar crecimientos importantes. Es el caso de la minería, que se ve afectada por la inestabilidad en el precio internacional de los commodities, y de la industria, que a pesar de que frenó su caída, su desempeño luce modesto, especialmente por el lento dinamismo de la demanda externa. Ante la falta de un motor sostenible de crecimiento, seguiremos dependiendo del programa de construcción de vivienda de interés social, del despegue de la inversión pública y de la favorable coyuntura cafetera.