El delicioso "sabor" del Carmelo Teresiano
Hace 100 años llegaron desde España los Padres Carmelitas Descalzos a Colombia, a compartir con nosotros la inmensa riqueza espiritual que emana de los Místicos del Carmelo: Santa Teresa de Jesús (fundadora de la Orden del Carmelo Descalzo), San Juan de la Cruz (con quien inició Santa Teresa el Carmelo masculino), Santa Teresita del Niño Jesús (ellos tres, reconocidos como Doctores de la Iglesia), Sor Isabel de la Trinidad, Santa Teresa de los Andes, Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein), y tantas otras lumbreras del Carmelo, para gloria de Dios y bien de la Iglesia.
¡Qué exquisito es el "sabor" del Carmelo Teresiano! En la "interior bodega", el "adobado vino" "de mi Amado bebí", nos comunicaba bellamente San Juan de la Cruz.
Es el que degustamos quienes agradecidos celebramos estos 100 años de los Padres Carmelitas Descalzos en Colombia. Este regalo para nuestra patria lo pidieron, propiciaron y obtuvieron las Madres Carmelitas Descalzas, Comunidad de Villa de Leyva.
El Carmelo femenino desde hace 405 años bendice esta tierra. Nuestro Amado Jesús nos dice: "venid a mi todos los que estéis cansados que yo os confortaré".
Yo les digo: vengan al Carmelo para experimentar cómo el Divino Amado nos "arropa", sana, cuida y nos llena de su amor, para que entendamos que nuestra esencia es divina y podamos en consecuencia disfrutar de la felicidad que es la vida en el amor.
En Medellín ¡Bendito Dios! tenemos cuatro sitios para aprender, orar, y gozar del Carmelo Teresiano: el tradicional templo gótico, del Señor de las Misericordias, en Manrique; la hermosura que emana de todo lo que proviene de las Madres Carmelitas Descalzas, Convento de San José la Mansión, en Villa Hermosa; también allí, en el "palomarcico" lugar de oración, acogida, ternura y bendición que es la Casita Teresiana de Oración y en El Poblado, Monticelo, un paraíso de amor y de paz.
Todos los beneficiados por el influjo de la espiritualidad carmelitana, damos infinitas gracias al Dios Amor; a Nuestra Señora Reina y hermosura del Carmelo; y a la Orden de los Padres Carmelitas Descalzos. Nuestras oraciones y anhelos para que nuestros Sacerdotes Carmelitas Descalzos sean siempre fieles al carisma del Carmelo, y cada día su irradiación crezca más y más.