Histórico

El rincón de Sofía Coppola está en su niñez

Loading...
20 de febrero de 2011

Las palabras no son el fuerte de Sofía Coppola. Ni en sus películas ni en las entrevistas. Alguna vez en su vida quiso ser actriz, pero la falta de prestancia escénica tiró por la borda aquellas intenciones. Su incursión en El padrino III (1990) como la hija de Michael Corleone (Al Pacino) terminó siendo acribillada por la crítica universal.
A más de 20 años de aquella mala experiencia, la hija de Francis Ford Coppola mira hacia atrás con la tranquilidad de haber recorrido un largo camino en que el éxito ha sido una moneda común y corriente. Sin embargo, su ineludible discreción verbal sigue presente ahí y su aparente timidez no la abandona. Y eso a pesar de que su último filme, En un rincón del corazón, logró una buena aprobación crítica.
"Estaba recién echándole una mirada a los diarios y las revistas. Parece que la película gustó", comenta en el jardín de una lujosa casa de la isla Lido de Venecia. En esta área al aire libre es donde Sofía Coppola y los dos protagonistas de la película reciben a los periodistas que acuden al Festival de Venecia. A diferencia de Natalie Portman o Catherine Deneuve (también presentes en el último festival), Coppola prefiere alejarse de los hoteles para hacer entrevistas. La paradoja es que justamente En un rincón del corazón transcurre en gran parte en un hotel y ella misma vivió mucho tiempo en este tipo de lugares.

¿De dónde viene la inspiración principal de esta película?
"En buena parte, de mi propia infancia y adolescencia en los años 70 y principios de los 80 junto a mi padre. En ese período él solía vivir de hotel en hotel y viajar a todas partes dependiendo del rodaje que le tocara. Las ciudades de Los Angeles y San Francisco y el estado de California en general eran el lugar donde nos movíamos. Era nuestro paisaje natural".
En un rincón del corazón (Somewhere) fue estrenada en septiembre pasado en el Festival de Cine de Venecia, donde el jurado presidido por Quentin Tarantino (ex novio de Sofía) le otorgó el León de Oro a la Mejor Película. Su tono es eminentemente melancólico, hay muy pocos diálogos y la historia es la del reencuentro de un actor cansado y su hija preadolescente. Ya cerca de los 40 años, Johnny Marco (Stephen Dorff) tiene claro que no llegó a ser la estrella que alguna vez pareció prometer. Su matrimonio no existe, el mítico Hotel Chateau Marmont de Los Angeles es su morada y su hija Cloe (Elle Fanning) es su único cable a tierra.

¿Qué otras cosas en común comparte con el personaje de Cleo?
"Tal como ella, a mí también me gustaba que me llevaran a lugares exóticos y diferentes, sitios donde se supone que un niño no está, como un show de televisión, un hotel en Europa, una habitación del Chateau-Marmont. Este hotel es casi mitológico en Hollywood y sus habitaciones y pasillos están llenos de historias de las estrellas que ahí se han alojado. De pequeña me fascinaban los hoteles".

¿Por qué hay tan pocos diálogos en la película?
"Porque creo que el cine es un arte visual y siempre voy a poder comunicar más con las imágenes que con las palabras. Soy mejor para eso también.

La música también es protagonista de sus películas...
"En mi intención de lograr un cine de armósferas, la música es esencial. Un pasaje musical sugiere mucho más en el tipo de cine que hago. Para En un rincón del corazón, por ejemplo, trabajé con mi novio, que es el líder de la banda francesa Phoenix. Es una forma, además, más casera y doméstica de hacer las cosas. Somos todos conocidos: el director de fotografía Haris Savides, los músicos, etcétera".

Y a pesar de su gusto por la música, ¿por qué no ha dirigido videos?
"No lo sé. Creo que, por ejemplo, sería un poco duro dirigir algo de los Phoenix: es demasiada presión siendo la novia del cantante. (Risas)".
 
¿Ve conexiones entre el actor cansado de su carrera de En un rincón del corazón y el personaje de Bill Murray en Perdidos en Tokio?
"Ambos están algo confundidos, pero sinceramente no veo muchos puntos en común. El conflicto de Bill Murray tiene más que ver con la edad y con el envejecimiento, mientras que el de En un rincón del corazón también se aborda la relación con su hija".
A propósito, ¿cómo ha andado la relación con su padre en los últimos años?
"Muy bien, como siempre. Para esta película él colaboró leyendo el guión y apoyándome en todo lo necesario. Es curioso, pero él dice que después de que yo hice Perdidos en Tokio, comenzó a encontrar un camino más independiente de hacer cine".

Pero en general sus estilos no se parecen demasiado...
"No tengo mucho en común con las películas más conocidas de mi padre, pero sí con las primeras que hizo antes de El padrino. Ese tipo de cine independiente y de bajos recursos de la época de The rain people (1969) se asemeja más a lo que yo hago. De cualquier forma mi película favorita Francis Ford Coppola sigue siendo La ley de la calle (1983)".