Toque y ataque para demoler a Bolivia
Pekerman y técnicos criollos dan señales de cómo enfrentar a Bolivia, Selección a la que no se puede menospreciar.
Para acercarse más al sueño de regresar al Mundial de fútbol, Colombia deberá vencer el próximo viernes a Bolivia en Barranquilla en la reanudación de las eliminatorias para Brasil-2014.
La misión, en el papel, puede resultar fácil pero hay que ratificarla en la cancha, evitando el menosprecio por un rival que jamás ha ganado en este predio por este certamen.
En el duelo de ida, noviembre de 2011, el conjunto tricolor lo superó por 2-1 y derrumbó el mito a la altura de La Paz, esa vez con la dirección técnica de Leonel Álvarez.
Ahora el turno de enfrentar a los del altiplano le corresponde a José Pekerman, en otro escenario y bajo condiciones climáticas diferentes. Y con la base de un equipo que en los cinco partidos orientados por el argentino cosechó 12 puntos de 15 posibles (80% de rendimiento).
Pero Pekerman tendrá precauciones, así el presente de los jugadores nacionales sea bueno. Dijo que ha pasado mucho tiempo desde el último juego oficial (octubre de 2012) y agregó que “esta parte del torneo será dura y de definiciones, en la que todos los seleccionados tienen necesidad de mejorar”.
Así las cosas, deberá plantear un esquema inteligente, en el que aproveche la técnica y las fortalezas de sus delanteros.
Juan José Peláez y Santiago Escobar, quienes dirigieron al Bolívar de Bolivia, son optimistas de un triunfo colombiano. “A juzgar por los antecedentes recientes, imagino un partido cómodo, que se gane con propiedad, es decir, con una buena expresión futbolística y superioridad táctica”, dice Peláez, pero alerta sobre la capacidad del técnico español Xabier Azkargorta, considerado por él, la gran fortaleza boliviana hoy en día.
Escobar espera ver un adversario “aguerrido, luchador, con mucho temperamento” que vendrá a contragolpear. Y añade que su talón de Aquiles será la parte mental, “porque al futbolista boliviano le da muy duro jugar al nivel del mar”, donde el calor merma la velocidad y la media distancia que lo hacen fuerte en la altura.