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Fanáticos que lo miden todo

Cuentan calorías o sus pasos, pero no será la única fuente de información... Aportan datos para analizar y decidir. Nace el científico de datos.

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04 de mayo de 2013

Dime cómo te mides y te diré quien eres. Christian Van Der Henst, cofundador de Mejorando.la, describe su pasión por las estadísticas aplicadas a su vida con un listado de aplicaciones que le permiten monitorear cuántos kilómetros camina o recorre en bici, cuál es su ritmo cardíaco, cuántas calorías consume y cuáles son sus patrones de sueño.

También mapea y recolecta datos de las ciudades que visita, consigna los vinos que compra, sabe cuántas veces se equivoca en su teclado móvil y mide cómo se comporta la gente que acude a sus sitios.

Christian, como desarrollador web, se define como un usuario extremo, apasionado de involucrar sensores en su vida. Cree que permiten saber cómo funcionan las cosas y resultan ser un gran valor agregado para los internautas de sus servicios web que pueden darles usos insospechados.

Claro que todo esto tiene un precio: la privacidad. Cuando se masifiquen las Google Glasses (gafas) que capturarán lo que tengo a mi alrededor y ver mi información en movimiento ¿cómo lograr que no accedan a mis datos?, "son preguntas que debemos hacernos ya, porque tener un smartphone en el bolsillo implica mucha informacion que se monitorea", precisa Christian en la conferencia de Mejorando.la para la Argentina.

¿Big data? y eso qué es...
Tal como dice Mat Honan, en la revista Wired de marzo de 2013, los gadget para monitorearlo todo ya son lo que deberían ser: pequeños, a prueba de agua, cómodos de usar 24/7, se sincronizan con el móvil y permiten guardar la información online. Ejemplos de ello son Up de Jawbone y My Fitbit One.

Sin embargo, es hora de que avancen un poco más y se recoja toda esa información aislada, que viene de diferentes dispositivos y la junten, de forma que tenga sentido.

En especial en un mundo que se convertirá en una gran piscina de datos: según el Visual Networking Index de Cisco, que mide el tráfico mundial de datos, para 2017, habrá más de 1.700 millones de conexiones máquina a máquina.

Es una multitud de datos generados en tiempo real por sensores que generan un gran valor, pero que, en muchas ocasiones, están desaprovechados. Datos que van del móvil al PC, de una cámara de fotomulta ubicada en la calle a un centro de control, de su iPod a un sitio web remoto. Y es información que indica la ubicación de un dispositivo o una persona, la disponibilidad o la identidad.

Por ello que es que todos hablan de Big Data, una tendencia que parece estar comiéndose el mundo de la tecnología y que tiene como campo de acción todos esos datos no estructurados que ahora se ven como el gran Potosí.

"Medir tiene un objetivo: tomar decisiones", explica Felipe García, consultor senior de Tecnología en EMC. Sin embargo, la cantidad de datos y métricas digitales que se crean y analizan diariamente es tan amplia que ahora se impone no solo el uso de tecnología para contenerlos de forma segura y con respaldo fiable, sino para procesarlos, con el software adecuado.

Juan Carlos Puentes Valero, director de SAS Colombia, lo pone en estos términos: antes los gerentes tomaban decisiones según su olfato y la experiencia, ahora es preciso generar "modelos de decisión basados en datos".

Si esto le suena a lo que alguna vez se llamó como inteligencia de negocios para saber ¿cuál fue el mejor producto del pasado?, ahora se conoce como analítica predictiva y responde a la pregunta ¿qué pasa con mis ventas si hago esta campaña? Antes de que la avalancha de datos o su apetito por medirse, termine por desbordarlo.