Histórico

Grietas en la cultura ciudadana

Con avances, pero también retrocesos, Medellín no termina su proyecto de construir una cultura ciudadana alejada de la violencia, con más confianza entre los ciudadanos y hacia las autoridades.

Loading...
28 de mayo de 2014

La Alcaldía de Medellín contrató con Corpovisionarios, una entidad que orienta el exalcalde de Bogotá, Antanas Mockus, un estudio sobre Cultura Ciudadana en la ciudad en 2013, que lleva a pensar por qué si hemos avanzado en tantos aspectos, continúa predominando una cultura de la violencia en la ciudad, pese a la notable disminución en el índice de homicidios.

La respuesta, planteada por el estudio, tiene que ver con un deterioro de los "Factores culturales positivos", o sea, actitudes y percepciones que contribuyen al mejoramiento de la convivencia, al imperio de la ley y a la valoración de lo público.

Sin embargo, pese a ese descenso en esos factores de cultura ciudadana, entre 2011 y 2013, se observa un mejoramiento en el respeto, la valoración y la protección de la vida.

A partir de una encuesta que consultó a 2.219 personas, y que arroja un margen de error del 2.3 por ciento, podemos identificar avances significativos, pero también grandes grietas en la construcción de comunidad y en el aporte individual para el bien común.

Es indudable que se requiere reforzar aspectos clave para la consolidación de una cultura ciudadana que nos permitan avanzar como sociedad en convivencia pacífica, mediante la generación de confianza entre los ciudadanos y hacia las instituciones, valores que no solo comprometen a la administración sino también a la propia comunidad.

Entre las principales conclusiones del estudio sobresale, por ejemplo, la actitud con respecto a la ley, que para el 93 por ciento de los ciudadanos consultados despierta un sentimiento positivo o muy positivo, pero aumentan las justificaciones para evadirla, sobre todo cuando hay asuntos económicos de por medio.

Pese a que disminuyen las justificaciones para acudir a métodos violentos, aún existen sectores poblacionales que se resisten a este cambio, con prácticas que facilitan la concentración de la violencia.

La ciudadanía tiende más a autorregularse o incluso incidir en el comportamiento de los demás por sí mismos, antes que acudir a las instituciones.

De ahí que se reduzca la percepción que tienen los ciudadanos en torno al control que hacen las autoridades de actividades delictivas o simplemente irregulares, tales como la invasión del espacio público, la proliferación de ventas callejeras, el parqueo no autorizado, etc.

Es indudable que muchos de los aspectos contemplados en el estudio demuestran que es vital transformar la relación de los ciudadanos con su entorno, teniendo claro el rol que le corresponde a cada uno en la promoción y el reconocimiento de sus derechos y deberes.

Un aspecto bien diciente de esta corresponsabilidad ciudadana tiene que ver con el uso del Sistema Masivo de Transporte. No resulta lógico que siendo Medellín pionera en el transporte masivo de pasajeros, solo en 2013 llega al porcentaje de uso que tienen ciudades como Cali (con el MIO ). El STM aún no llega a movilizar más del 20 por ciento de la población, estando por debajo de Bogotá, que es del 23 por ciento. Y llama la atención el bajo uso de sistemas alternativos como la bicicleta, con solo el 1 por ciento.

Medellín es reconocida hoy por su innovación y no pierde su proverbial característica de ciudad atractiva y de gente amable, pero el ciudadano tiene una valoración muy negativa de lo público, confía poco en sus instituciones, tiene bajos niveles de participación en actividades colectivas de construcción de ciudadanía y, según la encuesta, no logra desprenderse aún de una "cultura de la violencia".
Contraposición

SE REQUIERE ZANAHORIA (EDUCACIÓN) Y GARROTE (SANCIÓN)

Por PIEDAD PATRICIA RESTREPO
Coordinadora de Medellín Cómo Vamos


Corpovisionarios, entidad que realiza la Encuesta de Cultura Ciudadana en Medellín desde 2007 afirma que una de sus principales conclusiones en cuanto a estas encuestas es que no han encontrado una relación directa entre valores y comportamientos; aunque la gente manifieste una buena percepción frente a la Ley, no la cumple. En consecuencia, en términos de política pública es mejor enfocarse en comportamientos. Dos recomendaciones emanan principalmente: los gobiernos deben concentrarse en las normas más vitales para alcanzar mayor bienestar colectivo y ejercer un control estricto sobre ese mínimo de normas y, de acuerdo con Bernardo Toro, generar control social a través de la provisión abundante de bienes públicos en la ciudad, los cuales promueven la equidad y la solidaridad.


La pregunta que nos hacemos desde el programa Medellín Cómo Vamos es por qué si la Cultura Metro ha sido un caso exitoso, aún la ciudad no ha sido capaz de impactar de igual forma otros espacios públicos. Las enseñanzas de la empresa Metro están disponibles para su réplica o adaptación: continuidad de los procesos, aprendizaje de las mejores prácticas; políticas de largo plazo bien estructuradas y el trabajo en equipo. Asimismo, el reconocimiento que se requiere zanahoria (educación) y garrote (control y sanción efectiva ).