Hábitos que transforman las viviendas
Que estén de moda las cocinas integradas al área social de las casas no es una tendencia que surgió de la nada. La razón está en el pasado.
El arquitecto Luis Guillermo Sañudo, director de la línea de Vivienda del grupo de investigación Laboratorio de Arquitectura y Urbanismo, Laur, de la facultad de Arquitectura de la Universidad Pontificia Bolivariana, cuenta que en el libro del profesor Gilberto Arango, De la casa de patio a la casa moderna , se puede evidenciar que en la casa antioqueña, la cocina siempre estuvo en la parte trasera.
"No hacía parte del espacio social de la vivienda porque era una tipología que venía de Europa y allí la costumbre de conversar en la cocina no era tan arraigada, como sí lo era en la cultura antioqueña. La cocina estaba afuera de la casa pero era un lugar de socialización", afirma.
Este hábito fue el que propició que en los años sesenta la cocina empezara a incorporarse más hacia el interior de las casas hasta llegar a lo que se ve hoy: una cocina social, gourmet, abierta, útil no solo para preparar alimentos sino para reunirse, conversar y cocinar en compañía.
Otra explicación de cómo los hábitos y las costumbres de las personas transforman las viviendas se ve en la presencia e importancia de los balcones.
Según Luis Guillermo Sañudo, en el pasado, los indígenas vivían intensamente la exterioridad, el estar afuera y disfrutar del paisaje.
Esa condición es la que ha hecho que el balcón sea un elemento que siempre ha estado presente en la arquitectura, como "una conexión del interior con el exterior", señala el arquitecto.
El futuro del comedor
¿Qué va a pasar con el comedor, ahora que la gente come en la barra de la cocina o en la sala?
Explica Luis Guillermo que para 1920 y 1930, la sala y el comedor eran lugares decorativos, que solo se utilizaban cuando "llegaba alguien importante a la casa o había un evento social".
Fue en los años cincuenta y sesenta, dice, cuando estos ambientes empezaron a tener importancia y a ser utilizados por el grupo familiar.
Sin embargo, afirma el arquitecto, "desde hace unos treinta años hay una tendencia a que el comedor vuelva a perder su función". La razón: en parte la cocina como nuevo espacio social, la aparición del televisor en la sala, que ya no solo es el lugar para recibir las visitas sino también para comer y divertirse, "es un espacio del ocio".
"El comedor se vuelve otra vez un espacio del paisaje doméstico, un objeto decorativo", señala Luis Guillermo Sañudo.
Es así como los hábitos de las personas han influido y lo seguirán haciendo en la transformación espacial de la vivienda. El reto presente y futuro para arquitectos y constructores es entender cómo la gente habita los espacios para, en la medida de lo posible, saber cómo diseñarlos.