El desabasteciemiento en Argentina es crítico
Los prolongados bloqueos de rutas por parte de transportistas de granos han llevado a una situación crítica a Argentina, donde ya se siente la falta de combustibles y se agudiza la escasez de alimentos básicos en las grandes ciudades.
Los propietarios de camiones transportadores de cereales ratificaron este viernes que no levantarán la protesta iniciada el 3 de junio hasta que el Gobierno de la presidenta Cristina Fernández no retome el diálogo con el campo y los productores agropecuarios vuelvan a comercializar sus granos.
"La medida seguirá hasta que el campo y el Gobierno retomen el diálogo", dijo el titular de Confederación Argentina del Transporte Automotor de Cargas, Rubén Agugliaro.
La huelga comercial de los productores agrarios concluyó en la medianoche del pasado domingo, pero muchos mantienen retenida su cosecha en los campos para no convalidar los nuevos impuestos a las exportaciones de granos decretados por el Gobierno, que fueron los detonantes del conflicto rural hace tres meses.
Según fuentes oficiales, más de 300 piquetes bloquean rutas en todo el país y afectan la distribución de combustibles, alimentos y otros bienes.
"En el interior del país hay una situación absolutamente crítica en materia de desabastecimiento", afirmó hoy el vicepresidente de la Confederación de Expendedores de Combustibles e Hidrocarburos de Argentina, Raúl Castellano.
Apuntó que las centrales provincias de Córdoba y Santa Fe "están prácticamente al borde del corte de combustible" y "al promediar el día no se va a conseguir una sola gota de combustible", al tirmpo que señaló que hay un "desabastecimiento notable" en Buenos Aires y sus alrededores.
"De no mediar una solución o un cambio a partir del mediodía de hoy van a estar todas estas ciudades sin combustibles", advirtió.
Escasez de carne
Las petroleras tienen los accesos a varias de sus plantas bloqueados y decenas de camiones cisterna detenidos en las rutas, mientras en las gasolineras que aún tienen existencias de naftas las ventas están racionalizadas ante la creciente desesperación de los automovilistas.
La falta de combustibles obligó a las compañías de buses a recortar sus servicios en un 60 por ciento a las puertas de un fin de semana largo por el día de los padres y el festivo patrio del próximo lunes.
La distribución de alimentos es el otro punto crítico: los panaderos advirtieron que es inminente el cierre de 10.000 puntos de venta por la falta de harina, al tiempo que los productores lácteos denunciaron que tiran a diario cuatro millones de litros de leche que se echa a perder en los camiones detenidos.
También hay escasez de carne, aceites, fruta y verduras en supermercados y problemas en la distribución de medicamentos a las farmacias.
La Unión Industrial Argentina ha advertido además que los bloqueos afectan la llegada de materias primas e insumos a todo tipo de fábricas con consecuencias "negativas" sobre "la actividad productiva, el abastecimiento y el empleo".
El ministro de Justicia, Aníbal Fernández, reiteró este viernes que el Gobierno no va a reprimir a los transportistas de cereales.
"Nosotros no vamos a reprimir y aspiramos que no haya ninguna pérdida de vida por una discusión de este tipo. (...) No vamos a dejar que haya acciones que puedan provocar riesgos de vida", dijo el ministro en declaraciones a Radio América, de Buenos Aires.
"El país está en llamas"
En tanto, las patronales agropecuarias, que esperan que el Gobierno les convoque nuevamente al diálogo, fueron contactadas ayer por el titular de la Confederación General del Trabajo -la mayor central obrera argentina-, Hugo Moyano, un aliado del Ejecutivo argentino.
"Moyano se ofreció de gestor con el Gobierno, nos pidió que levantemos el paro (huelga comercial) y le dijimos que no podemos levantar lo que no tenemos", dijo este viernes Ulises Forte, vicepresidente de la Federación Agraria, una de las cuatro entidades agropecuarias en conflicto.
El dirigente rural dijo que "el país está en llamas y no puede ser que el Gobierno se mantenga en la postura infantil de no dialogar".
Según publicó este viernes el diario Página/12, pese al conflicto, Argentina exportó en los primeros cinco meses del año 28,8 millones de toneladas de granos y subproductos, 893.000 toneladas más que en el mismo período de 2007.
Esos datos, procedentes de la Aduana, revelan que los exportadores percibieron, luego de descontar los polémicos impuestos, 10.399 millones de dólares, un 63 por ciento más que entre enero y mayo de 2007.