La crisis justifica costoso gasto de Obama
La crisis económica que dominará los primeros 100 días de Barack Obama en la presidencia, y más, le permitirá poner en vigencia partes de su programa electoral que de otra forma podrían haberse quedado en un segundo plano.
Ningún presidente desde Franklin D. Roosevelt ha llegado a la Casa Blanca con un programa tan ambicioso, costoso y -en circunstancias más normales- altamente polémico. Al igual que en 1933, el sombrío panorama económico ha hecho posible la aceleración del cambio económico, sin largos debates y la probable oposición a muchas de sus iniciativas que habrían surgido en tiempos mejores.
El Congreso trabaja en un costosísimo plan de estímulo económico con fondos públicos, por ahora unos 825.000 millones de dólares y seguramente más. Obama lo usa para justificar muchas de sus prioridades, incluyendo miles de millones de dólares en energías renovables y gastos sociales.
La crisis económica con la que el nuevo gobierno justifica este gasto que aumentará el déficit presupuestario plantea serios desafíos. Su índice de popularidad podría desplomarse si sigue aumentando el desempleo y cayendo el valor de la vivienda. Y con la atención puesta en estimular la economía, tendrá que postergar prioridades que no se ajustan a este plan legislativo.
Obama dijo que retrasará su promesa electoral de elevar los impuestos a los ricos, y que por ahora dejará de lado la revisión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el cambio de la política oficial de los homosexuales en las fuerzas armadas y facilitar la afiliación sindical.
Además de la economía, Obama tendrá que cumplir su promesa de retirar las fuerzas estadounidenses de Irak e incrementar las que combaten en Afganistán.
Empero, esas dos tareas tomarán un par de años o más. Mientras tanto, Obama podría alterar, por decreto ejecutivo, varias de las directrices políticas de su antecesor George W. Bush.
Empero, la mayor prioridad, según su vocero, Robert Gibbs, "es enderezar la economía". El plan multimillonario del gasto público debería ayudar, agregó.