Histórico

La gran fiesta del deporte

Se inicia la fiesta deportiva más importante del universo. Durante 17 días, 10.500 atletas buscarán la gloria. Colombia llega más preparada que nunca y con la expectativa de conseguir varias medallas.

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26 de julio de 2012

Llegó el día de una de las fiestas más universales. Pocas horas nos separan de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Aunque ya se han celebrado algunas competencias previas, el punto de partida es el encendido de la llama en el Estadio Olímpico, que marcará el inicio oficial de la versión número 30 de la cita más esperada del deporte universal.

Durante 17 días, 10.500 atletas de 205 países del mundo buscarán la gloria representada en medallas de oro, plata y bronce o simplemente tendrán la oportunidad de competir en las máximas justas deportivas de la modernidad.

Con cerca de 15 mil millones de dólares en inversión y muchos años de trabajo, Londres se ha preparado con lujo de detalles para ser sede de unos Olímpicos marcados por la tecnología, por la participación de verdaderas superestrellas en muchas disciplinas y por las amenazas del doping, del racismo y del terrorismo.

La expectativa del mundo por ver qué marca hará el jamaiquino Usain Bolt en los 100 metros; por contar las medallas del nadador estadounidense Michael Phelps; por apostar qué tan alto saltará la rusa Yelena Isinbayeva; por ver el duelo tenistico entre Roger Federer y Novak Djokovic o por disfrutar los goles de Neymar con Brasil, se mezclará con la fuerza que haremos todos los habitantes de la tierra por los deportistas de nuestros países.

Tendrá el universo sus ojos puestos en las pistas y las canchas y las autoridades del deporte en los cuerpos de los atletas para evitar la trampa del doping. A la par del esfuerzo del hombre y los avances de la tecnología deportiva para superar marcas, aparecen sustancias más sofisticadas y escondidas para burlar los controles y obtener ventajas no permitidas. Así mismo, se propende por el juego limpio en los escenarios deportivos y por erradicar de ellos las repudiables prácticas del racismo, la xenofobia y otras conductas homofóbicas.

Para Colombia, Londres 2012 representa un inmenso reto y una gran ilusión. Nunca antes el país llevó a unos olímpicos una delegación tan numerosa y bien preparada. En ninguna de las versiones anteriores se tuvieron tantos deportistas favoritos para ocupar uno de los tres puestos del podio en sus respectivas disciplinas.

La saltadora Caterine Ibargüen, los ciclistas Mariana Pajón y Juan Esteban Arango, los pesistas Óscar Figueroa y Jackeline Rentería, han demostrado con resultados recientes que tienen serias posibilidades de disputar medallas. Los otros integrantes de la delegación llegaron a la cita olímpica por méritos propios y cualquier sorpresa podemos esperar de ellos.

Sabemos que los imprevistos (una lesión, una caída) pueden dar al traste con un resultado esperado, pero confiamos en la calidad, el entrenamiento y el esfuerzo que los nuestros pondrán en pistas y canchas londinenses. Conseguir más de dos medallas y volver a acariciar el oro olímpico, sería un resultado estupendo. Para eso estamos preparados, ahora necesitamos un poco de suerte.

En los Juegos Olímpicos se combinan razas, idiomas, religiones y costumbres de todos los continentes. Son una versión moderna de la Torre de Babel, reunida en torno al deporte, al honor de competir y el privilegio de ganarle al resto del mundo. El universo entero mira a la legendaria Londres, única ciudad sede de tres Olimpíadas y al siempre admirado Imperio Británico. El mundo es una fiesta deportiva y los colombianos estamos en ella, con más ilusión que nunca.