Histórico

Las ideologías no encasillan a candidatos

LOS SEIS CANDIDATOS que participaron en el Gran Foro de EL COLOMBIANO respondieron preguntas sobre sus posturas ideológicas y el papel de los jueces en el cumplimiento de la Constitución. Ninguno se declaró de derecha o de izquierda.

Loading...
14 de mayo de 2010

Si fuera por las respuestas de seis de los candidatos a la Presidencia, no se podría afirmar que en Colombia existe la izquierda o la derecha como tendencias políticas legalmente establecidas en el mundo.

Salvo Germán Vargas, que se atrevió a declararse de centro y en algunos temas de derecha, los demás candidatos, Antanas Mockus, Noemí Sanín, Juan Manuel Santos, Gustavo Petro y Rafael Pardo, explicaron sus posturas basados en la propuesta que tienen para los colombianos.

En esta ronda de preguntas también se refirieron al tema de la justicia y de cómo los jueces podrían o no estar incumpliendo la Constitución.


3. Entre todo el espectro ideológico, desde el socialismo del Siglo XXI hasta el capitalismo salvaje, ¿cómo se identifica cada uno de ustedes?

Gustavo Petro
Miembro de la política de la vida, porque si quieres mirar el mundo desde una perspectiva ideológica política, lo primero que se detecta es un conflicto entre la expansión enorme de mercados, capitales, lo que se llamó tradicionalmente globalización y la subsistencia del ser humano en el planeta, que se traduce en el tema calentamiento global.
De este conflicto van a salir tesis como regulación pública mundial, por tanto conceptos como democracia global; conceptos como la necesidad de mantener una humanidad multicolor, idea nueva de la democracia, como que la democracia no es mayoría sino minoría, sino diálogo entre singularidades con tonalidades diferentes y todo esto, desde el punto de vista de la política, se puede traducir en que vamos a tener políticas de las vida o políticas de la muerte; garabato o antigarabato como se dice en el Carnaval de Barranquilla.
Yo soy garabato, es decir, militante de una política de la vida, la biopolítica que va a cobrar muchos, millones y millones de activistas en el mundo, porque es la defensa de la humanidad, su preservación, los derechos de la naturaleza y de la humanidad, articulados en función de la vida.


Rafael Pardo
Yo me defino como liberal, entendido en que el papel del Estado en la concepción liberal, es un papel que busca generar condiciones de competencia y promover mecanismos de equidad; que busca un Estado en la concepción liberal, de generar protección del Estado a sectores vulnerables y a etapas vulnerables en la vida de las personas.
Y, que además, busca un estado, en la concepción liberal, entre cualquiera de dos opciones que haya, siempre escoger la opción que más libertades genere y que más libertades conlleve.    


Noemí Sanín
Soy la candidata del Partido Conservador, que me dio un mandato amplio para convocar a todos los sectores independientes, para dignificar la política. Nuestro partido cree lo que dice nuestra Constitución. Colombia es un Estado Social de Derecho. Nosotros no creemos que el mercado solo sea capaz de resolver los problemas. Nos gusta mucho lo que le pasó a Felipe González cuando fue a China. Allí dijo: "lo que más me impresionó es lo que ellos sostienen, que no son discusiones doctrinarias. Que no importa que el gato sea blanco o negro, con tal que cace ratones". Nuestro partido, nuestro gobierno, nuestro programa, quiere un Estado fuerte, garantista. Hay unos derechos consagrados. Pero nuestro partido va a garantizar que esos derechos se cumplan, que haya una ciudadanía fuerte, que haya un estado que garantice los derechos sociales. Donde la gente no solo tenga libertades, donde lo principal sea su vida; pero donde tenga derecho a trabajar, a tener una vivienda, a que el muchacho que no tenga recursos pueda ir a la universidad, donde la salud no sea un negocio sino que sea un derecho digno y de calidad. Donde el país progrese, sea moderno. Nuestro partido está anclado en la tradición de lo no negociable. La autoridad, los principios de la legalidad, pero donde la dignidad del ser humano nos lleve a defender radicalmente a los que nunca han tenido oportunidades, porque no es sustentable un Estado Social, y no es sustentable la convivencia si no somos capaces de darle oportunidades a los que nunca las han tenido.

Las estadísticas en Colombia dicen que casi el 50 por ciento de los colombianos están en la pobreza y en la miseria, ¿significa que la ideología de los Partidos, por la igualdad fracasó?
Significa que tenemos esa asignatura pendiente. La razón de estar en la política y de todos los que me acompañan, es que la miseria en Colombia, con las realidades que tenemos, no se justifica. Miseria no puede haber en Colombia. Por eso hacemos política.  El Partido Conservador se funda por eso. Y se ha avanzado mucho: el Sena, la Caja Agraria, el Icetex, Familias en Acción, la Banca de Oportunidades. La historia del Partido en materia social es fructífera y fecunda. Pero nos falta. Nuestro gobierno será el gobierno de la equidad: darle más al que menos tiene. Seremos el gobierno más radical en lo social en la historia de Colombia.

Hablar de esas cosas es muy bonito, y es muy rico tener utopías. En la realidad económica, ¿qué le pediría al sector privado para lograr equidad y ser un país digno con igualdad de oportunidades? 
El país tiene que crecer, pero la economía tiene que crecer para todos. Y la empresa privada tiene que tener una profunda responsabilidad social. Y la propiedad misma tiene que tener una responsabilidad social. Y esa es parte fundamental de mi propuesta política: vamos a darle oportunidad a los que nunca han tenido y la miseria en Colombia no cabe.


Juan Manuel Santos
Yo me he definido siempre a través de la tercera vía. Eso se resume en lo siguiente: el mercado hasta donde sea posible, el Estado hasta donde sea necesario.
Ese enfoque pragmático fue el que permitió que España surgiera del subdesarrollo a convertirse en un país desarrollado.
Eso lo aplicó Chile, el Reino Unido en su época de mayor prosperidad en su historia y lo está aplicando en este momento Brasil.
Este enfoque nos permite comenzar a priorizar los derechos. Nosotros en Colombia habíamos perdido el más importante de los derechos que puede tener cualquier ciudadano: a la vida y a la libertad.
Afortunadamente el presidente Uribe nos retornó este derecho, esa libertad, esa seguridad y a partir de esto tenemos que ir conquistando otros derechos. El derecho al trabajo es, hoy en día, la primera, segunda y tercera prioridad en nuestro programa de Gobierno. La educación de buena calidad, que es la vía más efectiva para reducir las desigualdades; la salud con calidad que todos los colombianos claman. Pero primero tenemos que consolidar el derecho al trabajo y a la seguridad que el presidente Uribe nos devolvió en 8 años.


Antanas Mockus
El día que mi madre me presentó al presidente Belisario Betancur, dijo, le presento a este tipo, no sé si es de izquierda o derecha y desde esa época no me dejo encasillar en esa clasificación. En economía, la escuela más cercana es neoinstitucionalismo, dicho de otro modo, creo en el mercado, es la manera más eficiente de asignar la mayoría de los recursos de la sociedad, pero mercado sin instituciones fuertes, sin Estado fuerte, se vuelve la ley de la selva, la desigualdad galopante, la injusticia frecuente. Entonces, necesitamos instituciones fuertes básicamente reguladoras. El Estado está para remar, está para direccionar. El neoinstitucionalismo considera que las reglas formales son una parte esencial de la economía, pero no solo están las reglas formales, está la cultura, lo que es aceptable entre nosotros, lo que uno incluye o excluye de su repertorio. Dos sociedades con una misma constitución con culturas distintas, dan resultados económicos distintos. He trabajado mucho por recaudar más impuestos, he liquidado entidades públicas, lo primero me convertiría en socialdemócrata, lo segundo me convertiría en neoliberal. Tomo herramientas sin agüero incluso de las escuelas más puras y las combino de acuerdo con nuestra realidad.

Usted expresa una cosa importante, no solo la institucionalidad escrita sino la cultura que surge en la sociedad en el compartir diario, es una realidad que en Colombia hemos creado una cultura mafiosa, entonces, ¿esa cultura sería válida porque fue creada en la sociedad?

Se trata de todo lo contrario, de entender los riesgos que presenta la cultura mafiosa y su extensión, yo la llamo la cultura del atajo, y precisamente hay que actuar incluyendo, desde el Gobierno Nacional contra la cultura mafiosa, afianzando los elementos culturales antimafiosos, que están dados en parte por el catolicismo, en parte por el liberalismo. Hay elementos en las distintas tradiciones políticas en Colombia que pueden ayudar muchísimo a construir una cultura contraria al atajo. He estudiado y enseñado pragmatismo, no lo que en Colombia llamamos pragmatismo que es apuntarle al resultado de corto plazo, inmediato. Pragmatismo es una teoría de la responsabilidad, es una invitación a responder por todas las consecuencias prácticas de cada decisión que se toma, de cada teoría que se adopta. Entonces, soy pragmático pero en ese sentido enriquecido por la tradición filosófica americana.


Germán Vargas Lleras
A mí me resulta difícil encasillarme en alguno de los conceptos clásicos, pero si tuviera que hacerlo yo pensaría que soy de centro.
Hay algunas posturas en las que seguramente se me identificara con posturas de derecha: en materia de orden público, de seguridad, a lo largo de toda mi carrera he contribuido a consolidar políticas que fortalecen la acción del Estado, criterios de autoridad.
Diría también que en temas económicos me siento bastante ortodoxo, no así en otras áreas. Cito por ejemplo, el tema rural, yo creo que en este país bajo el criterio de la productividad descuidamos el tema social. Abogo por una democratización en la tenencia de la tierra.
Creo en la intervención del gobierno para lograr una respuesta en el campo. Lamenté todos estos años que hubiéramos acabado con instrumentos de intervención en la comercialización como era el Idema, haber perdido la participación del Estado en el sector financiero como lo fue en el Banco Cafetero, en el Banco Ganadero, haber reconvertido la Caja Agraria. Es bueno este ejemplo para advertir que en algunas áreas la política social debe definirse desde el Estado a través de mecanismos de intervención.


4. Hay una corriente en el mundo que dice que los jueces pueden ir más allá de la Constitución. El pasado presidente de la CSJ y el actual sostuvieron esa tesis en un foro de Proantioquia, ¿usted qué opina? ¿pueden los jueces ir más allá de la Constitución y la ley?


Rafael Pardo
Esto está tomando caracteres muy interesantes, este debate. Esa es la diferencia entre escuelas de constitucionalismo. De ahí surge la necesidad de establecer en los sistemas judiciales, tribunales constitucionales.  Y tiene como razón de ser que la Constitución tiene que servir para más allá de lo que está escrito en la ley. La Constitución tiene que servir como un mecanismo para defender los derechos de minorías, que  no basta con seguir al pie de la letra la Constitución, sino que en circunstancias específicas y cambiantes hay que hacer interpretaciones que determinen que en esas nuevas realidades se puedan generar derechos de minorías o defender las minorías. Esto surgió, precisamente del ascenso del nazismo en Alemania, que fue un ascenso dentro de todos los parámetros constitucionales y legales, con votaciones democráticas, con legislación impecable, pero acabó por la vía de legislación, por la vía de aplicación de mayorías, excluyendo a minorías, asesinándolas y generando una circunstancia abominable para la democracia.

¿No habría un paso ahí de la defensa, digamos conceptual, real de los derechos de las minorías a pasar de pronto a la dictadura de los jueces que ordenen hacer obras como estamos viendo?

El tema de las sentencias moduladas de la Corte Constitucional, supongo que es a lo que usted se refiere. Yo respeto la posición de la Corte Constitucional, que ha sido coherente en el papel de defender la Constitución y defenderla en circunstancias en las cuales, no siempre lo que está examinando, es lo que acaba determinando las sentencias. Ahora, la Corte tumbó la emergencia social por inconstitucional, pero dice: como los impuestos que se crearon bajo esta emergencia social tienen un efecto, ya están siendo recaudados y tumbar esos impuestos generaría una crisis mayor, mantenemos por un tiempo razonable estos impuestos mientras que el legislador, que es quien debe tomar la decisión, toma la decisión. Creo que eso es razonable, dentro del constitucionalismo que la Corte ha aplicado con consistencia desde que surgió hace 20 años.

Noemí Sanín
Estamos tocando uno de los temas de la institucionalidad más importantes. No hay un Estado de Derecho que funcione bien si no tenemos una justicia que funcione bien. La impunidad en Colombia está campeando. Tenemos que conseguir, ahora en el nuevo gobierno, cualquiera que nos toque, ojalá me toque a mí, y tengo a la bancada estudiando un proyecto de reforma a la justicia; porque como la justicia no da votos, entonces nunca se le da la prioridad. La interlocución no puede ser peor. La unión del Ministerio del Interior y del Ministerio de Justicia ha sido catastrófico. El nuevo derecho, porque hay un nuevo derecho donde la Corte Constitucional, para garantizar los derechos fundamentales, toma decisiones tan importantes como los de la salud, es que las personas tienen derecho, todas, los pobres y los ricos a tener un mismo sistema de salud, de dignidad y de calidad. Eso es nuevo derecho. Eso nunca se había visto en Colombia.
Están congestionados los juzgados, las fiscalías, no hay modernidad, no hay oportunidad en la justicia, hay cierta politización, hay que judicializar la salud para que funcione. Creo que tenemos que aplicarnos a la tarea de reformar nuestro sistema de justicia para que opere, para que haya lucha contra la impunidad, para que "el que la haga la pague", porque si no es la barbarie, es la ley del más fuerte. Yo creo que la dignificación de la justicia, del magistrado, del abogado, del fiscal, es fundamental. Y exigir resultados. Esa es una tarea pendiente. Y obviamente tiene que haber límites...

Pero, ¿pueden los jueces ir más allá de la Constitución y de la ley?
La Constitución tiene un marco. Parte de la Constitución es la garantía de los derechos fundamentales. Y lo que ha hecho la Corte Constitucional es garantizar los derechos fundamentales. ¿Qué riesgo hay en esto? Que los recursos económicos por ejemplo, si vamos a hablar de temas económicos, no sean suficientes para atender. Pero es maravilloso ver una Corte velando porque los derechos no se queden en papel sino que se cumplan. Que la salud sea una realidad, que la vivienda no arruine a la gente. Tenemos que fortalecer definitivamente la justicia en Colombia para que tenga el marco adecuado dentro de la Constitución y la defensa de los derechos fundamentales.


Juan Manuel Santos
No. Ningún ciudadano puede estar por encima, ni de la Constitución ni de la ley para que esta democracia funcione.
Y es una pregunta muy importante porque lo que está sucediendo en el país es que se ha roto el equilibrio en los poderes públicos y al romperse ese equilibrio, se rompe la necesaria armonía. El presidente norteamericano Roosevelt describió la democracia, halada por tres bueyes, que son los tres poderes públicos: ejecutivo, legislativo y judicial.
Esos bueyes tienen que caminar más o menos al mismo paso, tener más o menos el mismo tamaño y caminar en la misma dirección para poder arar. La democracia sin esto no funciona y lo que tenemos que restablecer es ese equilibrio.
Nosotros, en cierta forma, lo hemos venido perdiendo por un vacío que el Congreso no llenó. Al Congreso le correspondía modular y priorizar esos derechos. ¿Qué es más importante, el derecho a la privacidad o a la libre expresión? Eso nunca lo hizo y comenzaron a hacerlo los jueces. Por eso ese desequilibrio comenzó a gestarse.
Tenemos que volver a barajar y a equilibrar los tres poderes públicos para que esta democracia funcione de verdad.


Antanas Mockus
La Constitución no vive sola, vive enriquecida por la jurisprudencia, la jurisprudencia de la Corte Constitucional no solo llena vacíos, sino que resuelve dilemas entre derechos o entre enunciados que están en tensión. La Constitución está llena de tensiones y esas tensiones hay que abordarlas, hay que resolverlas, en mi propio equipo Salomón Kalmanovitz se indignó cuando la Corte Constitucional ordenó algo en relación a los Upac, que era una decisión de consecuencias económicas mayúsculas, con el tiempo hemos entendido. La Ley de Justicia y Paz, si la Corte no la corrige no resistiría ningún análisis internacional. Lo que hizo la Corte fue ajustar en aspectos absolutamente claros esa ley y volverla claramente defendible en términos internacionales. Lo de salud también es muestra de una responsabilidad. Ahora, la democracia trae riesgos e intenta el diseño de las tres ramas, con fuerza en las tres ramas, y el fortalecimiento del poder de cada una de las tres ramas está en bien de la sociedad. Vamos hacia allá, claramente, además es una tendencia que tiene expresión académica, expresión planetaria.

Todos se han orientado a entender la función de la Corte Constitucional, pero la tendencia va más allá y es que el juez municipal, o el juez de circuito o el tribunal superior, también está yendo más allá de la Constitución y de la ley, ¿entonces dónde va a estar el límite para los asociados?

Hay el espacio del alegato jurídico. Alejandro Deeb, gerente del Acueducto de Bogotá, pasó diez días de encierro en Aquimindia por no haber ordenado unas obras que un juez le ordenó ordenar. Yo me acuerdo diciéndole: Alejandro demos ejemplo de acatamiento al poder, a la autoridad de los jueces. Lo normal en Colombia si lo condenan o le ponen a uno una sanción es declararse perseguido, Alejandro dio ejemplo y se plegó a la autoridad del juez.


Germán Vargas Lleras
Los jueces en Colombia están para aplicar la ley. Yo creo que han desbordado sus funciones. Por vía de modulación han sustituido funciones que son propias del Legislativo, de igual forma han sustituido funciones propias del poder Ejecutivo, ordenan gasto. También lo han hecho en relación con las sentencias de otras cortes, vía tutela, que es el famoso choque de trenes. No puede ser que cuando usted gana un pleito en una jurisdicción especializada después de tantos años termine en una forma breve y sumaria, tumbándole ese pleito. El punto es seguridad jurídica. Yo propugnaría para que la jurisprudencia de las altas cortes se convierta en obligatoria en tribunales y jueces. Aquí cada funcionario judicial no puede estar interpretando la norma a su antojo y a la Corte Constitucional le establecería un control previo, en las leyes penales, económicas y tributarias. Pero fallado el control de legalidad constitucional no admitiría que sigan emitiendo sentencias retroactivas. 


Gustavo Petro
Mi programa se centra en construir justicia social. Eso implica una sociedad con derechos, un estado que garantice derechos. La Constitución que ayudamos a hacer genera derechos. Lo que ha sucedido en los últimos 20 años es que las leyes han usurpado esos derechos y los han convertido en mercancía. Hoy la salud se vende, quien no tiene con qué pagar no tiene educación; quien no tenga con qué, no tiene agua; quien no tenga con qué no tiene salud, no tiene vida. Eso es una mercancía. El que no tiene con qué no tiene derecho. Los jueces nos ayudan a guardar los derechos de la Constitución incluso modificando leyes. Pienso que la justicia que tenemos, contrario a lo que usted ha dicho, no ha sobrepasado la Constitución pero ha modificado  leyes. Y lo ha hecho es precisamente porque la ley  está en conflicto con el derecho constitucional, me refiero a los derechos de los ciudadanos en salud, pensiones... En un gobierno que busque equidad social, la fuerza de la justicia debe permitir restablecer derechos de los colombianos, así el poder político en el Ejecutivo intente vulnerarlos.

Pero el grueso de esas leyes a las que usted se refirió han tenido ya control Constitucional
Como dirigente político, te digo que la Ley 100 ha vulnerado el derecho a la salud, la Ley 50 el derecho al trabajo, la ley 100 el derecho a la pensión...

Pero es que no está resolviendo el problema planteado de qué hacer cuando los jueces van más allá de sus funciones constitucionales y legales...
Termino mi respuesta:  las leyes en Colombia han vulnerado derechos. Luego uno de mis fundamentos programáticos es restituir en las leyes de la política social los derechos que por definición son universales, progresivos y gratuitos. Ahora su otra pregunta: No es cierto que los magistrados y los jueces hayan sobrepasado la Constitución. Esa es una afirmación del que interroga, pero no es una realidad. Los magistrados han modificado leyes en su función constitucional y esa modificación de leyes ha sido coherente con la Constitución porque ha habido conflicto entre ley y derechos establecidos en la Constitución.