Histórico

Libre desarrollo de la personalidad

Loading...
07 de mayo de 2009

En hora buena los artículos acerca del buen trato han suscitado controversia y reflexión. En un mundo en donde todos los días escuchamos acerca del maltrato al menor, a la mujer, al hombre, al anciano, al empleado, al campesino, al lenguaje, a la naturaleza, acerca también de todos los fanatismos a ultranza, que se esconden en sus posiciones recalcitrantes para maltratar a quienes no se acogen a sus ideas: todos esos guetos que las mismas personas que se sienten oprimidas van creando para volverse a su vez opresores y maltratadores con la convicción de que es "legítima defensa" o "libre desarrollo de la personalidad".

Es bueno repensar los temas, darnos cuenta de que en muchas situaciones, por ejemplo en las relaciones de pareja, en las laborales y en algunas de nuestra tristemente enferma democracia, detrás de la víctima se esconde en su fuero interno el cómplice que "aguanta, soporta y mantiene" relaciones de poder envilecidas y dañinas.

Cabe pensar entonces un poco en si cada uno asume sus responsabilidades en esto de fomentar el buen trato, o nos quedamos protegidos ocultando nuestra pereza, nuestro miedo, nuestro conformismo, en situaciones que no lo posibilitan, porque eternamente esperamos a que cambien los demás para que el mundo sea como nosotros lo soñamos.

Esperamos entonces a que el padre asuma, el profesor asuma, el colegio asuma, el alumno asuma, el político asuma, para entonces asumir nosotros cuando todo esté como según creemos que debiera.

Es imposible fomentar buen trato en mi ambiente si no tengo amor por el mismo, por lo que hago, por lo que soy, si no tengo conciencia del daño o el bien que puedo hacer a otros, si permanezco en situaciones que me dañan y dañan a otros por miedo a la soledad, al qué dirán, a perder mis supuestas seguridades económicas, a quitarle el bozal a la verdad.

Hay mucha confusión acerca de lo que maltrato significa: entonces muchos padres piensan por ejemplo que disciplinar, poner normas y hacerlas cumplir por ellos mismos o por los profesores es maltrato. Para otros maltrato es disentir, que los otros ejerzan sus derechos válidos, no tolerar la injusticia y otros tantos etcéteras.

El libre desarrollo de la personalidad tan invocado ahora por quienes solo viven por inercia, es una frase de cajón, porque si de desarrollo y libertad vamos a hablar, estos no pueden ser sinónimos de: atropello a los derechos del otro, irrespeto a la norma, chabacanería, indisciplina, facilismo, pereza, falta de compromiso consigo mismo y con el país, falta de desarrollo personal, autoagresión, etc. En el equilibrio entre derechos y deberes posiblemente está la respuesta. Somos una cadena; lo que ustedes y yo recibimos de nuestros mayores y de nuestros profesores, en nuestra vida como colombianos de bien se refleja.

Nota del Editor: Lea carta de la autora a los maestros, a propósito del anterior punto de vista sobre los profesores y la autoestima, en el blog ¿De qué habla la gente? en www.elcolombiano.com