Histórico

MEDELLÍN SE RAJA EN CONVIVENCIA

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08 de octubre de 2012

Sí, es cierto que algunos sectores de Medellín están muy contentos con la internacionalización de la ciudad. A algunos les llena de orgullo saber que Medellín fue elegida por la ONU como sede del Foro Urbano Mundial de 2014. Y otros tienen grandes expectativas con que la ciudad sea elegida como sede de los Olímpicos Juveniles de 2018. Muchos ven como un gran logro los conciertos de Madonna en noviembre.

Yo no califico negativamente que la ciudad se esté vendiendo en el exterior. Que aprovechemos los parques biblioteca para mostrar cómo de alguna manera se han cambiado realidades que se vivieron en esos años 80 y 90; que mostremos Plaza Mayor, el Parque Explora, el de los Pies Descalzos, el de los Deseos y tantos más. Que mostremos la transformación en El Poblado (eso da para videos promocionales muy hermosos). En arquitectura hay mucho para mostrar en el exterior (y eso que no nos metamos con la destrucción de los barrios tradicionales, como denunció Reinaldo Spitaletta , en Generación, el domingo pasado).

Pero la ciudad no puede quedarse con la ilusión fantasiosa de que somos “ejemplo” para el mundo, cuando las realidades internas nos demuestran que los que habitamos la ciudad hemos vuelto a tener miedo (si es que algún día dejamos de sentirlo). Y el miedo es porque el tema de convivencia ciudadana está rajado en esta ciudad. Aquí no somos capaces de convivir pacíficamente.

Imagínense que según la última encuesta de percepción ciudadana, llamada “Medellín cómo vamos”, publicada la semana pasada (4 de octubre), los medellinenses calificaron con un 2.7 sobre 5.0 el respeto por la vida. Dice el informe: “El comportamiento peor evaluado fue el respeto por la vida (2.7). La ciudadanía reconoció que este derecho fundamental y valor supremo es irrespetado a diario en Medellín, donde la tasa de homicidios histórica ha estado entre las más altas en América Latina. Le siguieron el respeto por los niños y el respeto por las personas de diferente orientación sexual, ambos con 2.9”. Aquí no se respeta la vida, no se respetan los niños y no se respeta a la población LGBTI. Aquí estamos rajados en convivencia y el miedo reina. La percepción que tenemos (heredada de la guerra del narcotráfico y su famoso cartel de Medellín) es que cualquier justo reclamo o problema con otro puede costar la vida. Y eso que esta encuesta no tuvo en cuenta el problema del ruido nocturno y la ciudad bullosa que impide el descanso y aumenta los niveles de estrés. Un claro problema de convivencia e irrespeto por el descanso nocturno. La Alcaldía no puede descuidar lo uno por hacer lo otro. Y se deben hacer esfuerzos por internacionalizar no una ciudad bonita, sino una en la que podamos convivir sin matarnos y seamos capaces de respetar al diferente.