México dice No a la violencia
Más de 100.000 mexicanos, frustrados ante la creciente criminalidad en México y la impunidad, marcharon en varias ciudades del país para pedir que cese la ola de asesinatos, secuestros y tiroteos.
Muchos de los que participaro en la protesta el sábado por la tarde portaban las fotografías de sus seres queridos, asesinados o secuestrados. Las protestas masivas representaron un desafío al gobierno del presidente Felipe Calderón, quien ha señalado que el combate a la delincuencia es su prioridad y ha emplazado más de 25.000 soldados y policías federales en varias ciudades, a fin de quitar el control de éstas a los narcotraficantes.
Un mar de personas vestidas de blanco, quienes coreaban "Ya basta" llenó el tramo de 4 kilómetros (2,5 millas) entre el Monumento a la Independencia (conocido popularmente como "El Angel"), y la plaza principal de la Ciudad de México (que los mexicanos llaman el "Zócalo").
Funcionarios del gobierno citadino se negaron a dar un cálculo del número de participantes, pero el Zócalo tiene espacio para casi 100.000 personas. Decenas de miles estuvieron en las calles aledañas, sin poder entrar a la plaza, la cual estaba atestada.
En la ciudad de México, una familia llegó al punto de reunión horas antes de la salida de la marcha a fin de exigir justicia para Mónica Alejandrina Ramírez, de 24 años, quien fue secuestrada en el 2004 cuando se dirigía a su universidad y no se ha sabido de ella desde entonces.
Su hermana, madre y abuela estaban paradas en silencio en "El Angel", cargando sus fotografías.
Pese al arresto de los más importantes capos de la droga, se han registrado escasas mejoras en el terreno. Los homicidios se han acrecentado a medida que los carteles del narcotráfico luchan entre sí por controlar las rutas de transporte o lanzan salvajes ataques contra la policía de manera cotidiana.
Sólo en el estado fronterizo de Chihuahua se han registrado más de 800 asesinatos este año, duplicando la cifra del mismo período del año pasado. Hay un promedio de 65 secuestros diarios, un aumento del 9,1% con relación al año pasado. Y muchos más no son denunciados pues las víctimas temen la participación policial.