Histórico

Pastor será imputado por tragedia

En las calles de Altamira, en Fundación, lloran la pérdida de los pequeños. Anoche quedaban siete niños sin ser identificados. Sepelio colectivo será jueves o viernes.

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19 de mayo de 2014

"Mamá, mamá, no pude rescatar a mis hermanitas", le dijo el pequeño Steven* a doña Rosa en medio de las lágrimas. A sus escasos ocho años el niño se había salvado del infierno en que se había convertido el bus en que se transportaba.

En su cara quedó la huella de una tragedia que apenas empieza para las familias de 33 niños que murieron calcinados dentro de un bus en el barrio Altamira, en las afueras del municipio de Fundación, Magdalena. Otras 17 siguen en vilo por la salud de los pequeños internados en el hospital San Rafael de esta localidad y otros más en centros clínicos de Santa Marta y Barranquilla.

Doña Rosa Cantillo, de tez morena maltratada por el sol, recostada sobre el marco de una puerta sostiene en sus brazos una bebé de pocos meses de nacida. En su cara se ve la tragedia que está viviendo, perdió a dos de sus hijas, Michel y Carolina, tras la explosión del automotor. Le sobreviven otros cinco que no superan los 12 años.

"Me partieron el alma en dos", dice entre sollozos la joven madre residente del barrio Faustino, un sector marginado sobre el que niños descalzos comparten en medio de las polvorientas calles.

A esta mujer, que en el momento de la tragedia estaba en medio del monte buscando sustento para su familia también le tocó soportar la muerte de dos sobrinos de seis y ocho años. Un dolor más que agobia su corazón.

"El bus explotó y se incineró cuando transportaba a los niños de una iglesia donde iban a hacer el culto los domingos", señala doña Rosa, luego de lo sucedido al mediodía del pasado domingo en la vía que de Fundación comunica con Valledupar (Cesar).

Bajo 36 grados centígrados pobladores de la zona y alumnos de colegios cercanos al lugar de la tragedia se han acercado para llevar ofrendas florales y rendir tributo a las almas que consideran "ángeles" por su inocencia.

En su casa, resguardada en el calor del hogar, doña Rosa y las demás familias esperan la identificación de los cadáveres de las pequeñas víctimas mortales, procedimiento que se realiza en Barranquilla con la toma de muestras de ADN y que, según las autoridades, podría demorar cuatro días.

Responsables y atención
En medio de los residuos de las cenizas que dejó el bus incinerado, pobladores y allegados a las víctimas se han congregado en romería para elevar oraciones y dejar arreglos florales en memoria de los niños que murieron. Una mancha negra mezclada con tierra, los restos de unas chanclas y un celular quemado se observan en el sitio.

Hasta allí llegó Santiago Díaz, quien tiene desaparecidos a dos de sus sobrinos que también se transportaban en el vehículo. Aunque para unas familias ha empezado el duelo por la muerte de los pequeños, para otros sigue el sufrimiento a la espera de la identificación de los cuerpos.

"No sabemos donde están, hay gente que dice que en medio del desespero echaron para el monte y de pronto están perdidos", dijo Díaz.

La alcaldesa de Fundación, Luz Stella Durán señaló que desde el momento de la tragedia coordinan con el Gobierno Nacional las ayudas para las familias afectadas. Así mismo, la Gobernación de Magdalena y Bienestar Social se hicieron presentes en el municipio para atender a las personas.

"Los gobiernos Nacional y departamental les brindarán asistencia social a los padres de los niños".

Entre jueves o viernes será el sepelio colectivo de las pequeñas víctimas.

El director de Fiscalías Seccionales, Luis González aseguró que el ente les imputará el delito de homicidio culposo agravado a Jaime Gutiérrez y Manuel Salvador Ibarra, conductor y asistente, respectivamente, del bus.

El conductor, de quien se presume transportaba pimpinas de gasolina que ocasionaron la explosión, cuando las manipulaba se entregó a las autoridades. Según la Policía, debía multas por 405.889 pesos y no tenía vigente el Soat ni la revisión técnico mecánica.

También imputarán cargos al pastor de la iglesia que viajaba en el autobús y estuvo presente mientras el conductor manipulaba las pimpinas de gasolina. Este hombre era el encargado de regresar de nuevo a los niños a sus hogares.

Aparecieron más heridos

El director del Hospital San Rafael de Fundación, Luis Eduardo Rodríguez, señaló que ayer llegaron otros 14 niños heridos al hospital que no habían sido valorados por ningún médico. "Revisten quemaduras leves, raspones y fisuras producto del intento por escapar de las llamas", dijo Rodríguez, quien señaló que en la tarde y noche del domingo habían llegado otros 11 menores llevados por sus padres para recibir atención médica.