Predecir rayos en Colombia es una realidad

Alas 3:20 de la tarde cuando faltaban 10 minutos para que comenzara el partido entre Colombia y Ecuador caía un aguacero torrencial en Barranquilla. Mientras el país estaba impaciente tras la determinación de aplazar el encuentro mundialista y los miles de hinchas se refugiaban de la lluvia, la muerte de Juan de Ávila Buelvas llegó, literalmente, del cielo.

A Juan lo alcanzó un rayo cuando se desplazaba en su bicicleta rumbo a su casa. De él se conoció que tenía 48 años y que fue trasladado a un centro médico al que llegó muerto.

Este hecho lo recuerda el investigador y profesor de la Universidad Nacional Horacio Torres Sánchez, quien aquel 6 de septiembre desde Bogotá monitoreaba desde su oficina la tormenta eléctrica y dice que "la fatalidad ocurrió en las cercanías del estadio Metropolitano, lo que significa que cerca de 50.000 espectadores estuvieron en riesgo de ser impactados. Realmente el riesgo era supremamente alto".

Agrega que los organizadores del espectáculo detuvieron el partido no por los rayos sino por la lluvia, cuando debería haber sido al contrario.

"En la televisión entrevistaron a Farid Mondragón y el periodista le preguntó que si le daba miedo salir a jugar con el aguacero que estaba cayendo y Farid dio una respuesta excelente: "El problema no es la lluvia, el problema es que caigan rayos"".

Juan, entonces, hace parte de una estadística alarmante. De acuerdo con la Universidad Nacional, entre el 2010 y 2013, los reportes oficiales contabilizaron 410 afectaciones por rayos: 119 fallecidos y 291 heridos, cifra que según los expertos se queda corta frente a los casos que no se documentan.

Según la empresa Keraunos, una de las principales entidades que conoce sobre rayos en América Latina, en el país se estima que ocurren cerca de 100 muertes al año por esta causa. Si se considera que por cada deceso hay nueve heridos, el número de afectados puede rondar las 1.000 personas.

El profesor Daniel Aranguren, doctor en Ingeniería de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá y gerente de Keraunos, explica que por departamentos el orden de las regiones en donde se presentan más incidentes de rayos son Antioquia, Valle, Norte de Santander, Bolívar y Cauca.

El hallazgo
Frente a este panorama, y desde hace 30 años, un grupo de expertos de la Universidad Nacional viene buscando la manera de predecir los rayos. Pues bien. Hoy en día con equipos de alta tecnología logran predecir un rayo 30 minutos antes de que caiga.

"La propuesta que le hicimos a las empresas es que desarrolláramos una norma nacional en la cual podamos utilizar el sistema de predicción para elaborar una serie de consideraciones junto con la Aerocivil, para que exista un criterio de responsabilidad sobre los riesgos por rayos. Se trata de revisar cuáles son los criterios que se tienen en cuenta, además de la lluvia y la nubosidad, para que, por ejemplo, un avión aterrice con la mayor seguridad posible", explicó el profesor Torres.

Esta norma contemplará el almacenamiento, el procesamiento y el transporte de sustancias peligrosas y la prevención en determinados entornos con especial riesgo de descargas electrostáticas.

Explicaron los investigadores que, en la actualidad, las tormentas eléctricas son una de las principales amenazas para la seguridad aérea, no solo por las turbulencias, sino también por los impactos de rayos a aeronaves en vuelo, que si bien no afectan la seguridad en el momento del impacto, si producen daños por lo que es necesario realizar paradas de operación obligadas.

Pero, entonces, ¿cómo llegaron a predecir los rayos?. Torres explica que en los últimos años, en compañía del profesor Aranguren, en el grupo Programa de Investigación sobre Adquisición y Análisis de Señales, PAAS, de la UN, intensificaron el trabajo con el respaldo de equipos similares a los que tiene la Nasa y así analizaron las señales y "se encontró que hay cinco parámetros que cambian cuando ya la nube está lo suficientemente madura para descargarse y eso lo encontramos 30 minutos. El desarrollo que hicimos con Daniel, él en su tesis y yo en la dirección, fue desarrollar lo que llamamos en la ingeniería un algoritmo que, en otras palabras, analiza esas señales y encuentra cómo se pueden predecir".

De aquí resultó que desarrollamos una alarma o una señal, que puede ser un mensaje de texto, que le diga a una persona que se mueva del lugar donde caerá el rayo.

"La pregunta es: ¿si yo sé que con una probabilidad del 90 por ciento puedo predecir un rayo, ¿qué se puede hacer con esa información? Lo que queremos es que si hay alguien en campo abierto decirle que se proteja".

Por esa razón, relata el profesor Torres, en la actualidad los equipos los usan multinacionales petroleras y otros están ubicados en las sedes de la Universidad Nacional, en Medellín y Bogotá. "La aplicación que le estamos dando es que la información que nos da el equipo, la estamos convirtiendo en una señal telefónica, como mensaje de texto, que anuncia el rayo".