Histórico

SOCIALISMO O MUERTE

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31 de marzo de 2014

El señor Marx, ministro de comercio de Sylvania carraspeó con gravedad. Torció su mostacho pintado con betún y sacudió la ceniza de su habano antes de pronunciar la primera frase de su histórico discurso. "Compañeras y compañeros, necesitamos una inversión anual de 2.500 millones de dólares para reflotar nuestra economía. Por eso, para salvar el socialismo anticapitalista del siglo XXI, ofrecemos grandes descuentos a los inversores extranjeros vengan de donde vengan. No andaremos con remilgos. Los traidores a la patria exiliados en tierras enemigas podrán también invertir aquí, así como los ciudadanos de Freedonia, que no tienen la culpa de vivir en el país equivocado, culpable de todos los males del mundo". El ministro hizo una pausa para darle otra calada a su cigarro y prosiguió entre la perplejidad de los trabajadores del ingenio azucarero que visitaba, todos ellos miembros del PCS, el único partido de Sylvania.

"Camaradas. Tenemos que actualizar los viejos modelos. Dejemos atrás la ineficiencia económica. La Asamblea Nacional ha aprobado la nueva Ley de Inversiones Extranjeras. Una normativa que autoriza a invertir capital foráneo en todos los sectores económicos a excepción de la sanidad, la educación, las fuerzas armadas y, claro está, los medios de comunicación. Camaradas, esta ley ofrece agresivas ventajas fiscales a los inversores que coloquen su dinero en nuestra querida patria socialista al reducir a la mitad el impuesto sobre los ingresos, que pasa del 30 % al 15 %. Además, nos comprometemos a ofrecer plena protección y seguridad jurídica para las empresas que se establezcan acá. Palabrita del Niño Jesús, esta vez no expropiaremos nada salvo por motivos de utilidad pública o interés social y, llegado el caso, los propietarios recibirán la debida indemnización. No como antes, que nos lo quedábamos todo por la patilla".

El ministro Marx tomó aire. La levita negra comenzaba a pasarle factura bajo el sol caribeño. Pese a todo, continuó sin desmayo tras arrojarse un vaso de agua en la cabeza.

"La nueva legislación (aprobada después de que los economistas del régimen alertaran de que el país necesitaba crecer a ritmos del 4 % anual para no colapsar) también contempla la inversión en bienes inmuebles y la obtención de su propiedad u otros derechos reales. Estos inmuebles podrán destinarse a viviendas u oficinas particulares para extranjeros o dedicarse al turismo. La inversión extranjera estará orientada a la diversificación y ampliación de los mercados de exportaciones, la incorporación de tecnologías avanzadas, la sustitución de importaciones (sobre todo en alimentos), la creación de nuevas fuentes de empleo, la captación de métodos gerenciales, la participación en encadenamientos productivos y el cambio de la matriz energética del país a partir del aprovechamiento de las fuentes renovables de energía. Amigos, lo vamos a petar con este tremendo sistema que se nos ha ocurrido e invitamos a los pueblos hermanos de Venezuela, Nicaragua, El Salvador, Bolivia, Ecuador y de todo el continente a que se unan a este proceso revolucionario".

El señor Marx se detuvo al darse cuenta de que uno de los trabajadores, miembro del PCS como el resto de presentes, movía frenéticamente su brazo en alto en las primeras filas.

—Adelante compañero. ¿Cuál es tu pregunta?

—Señor ministro. Todo eso está muy bien, pero que hay de lo nuestro. ¿Podremos invertir nosotros, los ciudadanos de Sylvania, en nuestro propio país? —dijo el trabajador mientras engullía dos huevos duros.

—Buena pregunta, compañero. Desgraciadamente, no nos dio tiempo a incluir esa parte en la ley porque se nos echó la noche encima. Pero no se preocupen que todo se andará. Me comprometo aquí y ahora a que todos ustedes podrán invertir lo poco que tengan en cuantito los chanchos vuelen —respondió entre carcajadas el ministro. "Y ahora, camaradas, déjenme acabar coreando nuestro lema: socialismo o muerte. Estos son nuestros principios aunque, si no les gustan, tenemos otros".

(Sustituyan Sylvania por Cuba y la comedia se hará realidad).