Histórico

Todos los santos

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13 de noviembre de 2008

"La elegancia es la sencillez. A los escritores nos pasa como a las mujeres. Muy pocos somos elegantes porque muy pocos nos resignamos a ser sencillos", escribía Azorín.

Santidad es sencillez. La sencillez absoluta. Eso que todo el mundo anhela sin ponerle atención. Lo sencillo carece de ostentación, de adornos; no tiene artificio ni composición. Eso es la santidad, la sencillez.

La santidad es Dios. Dios es la santidad. La santidad nunca será lo que nos imaginamos. Un Dios imaginario existe sólo en la imaginación. Nuestra santidad es ficticia porque el Dios que la fundamenta no existe. Es invento de la imaginación.

El hombre es santo en la medida de que se deja poseer por Dios. El Dios que se manifiesta de continuo dándole a cada cosa la existencia. Amorosamente. Las obras buenas son fruto de ese amor.

El santo tiene el don de la elegancia. La elegancia de la sencillez. Elegir es tomar uno dejando muchos. El santo deja las cosas tomando a Dios. Divino arte, el de elegir. En cada instante elige ser él mismo viviendo a Dios. La realidad existe porque Dios existe. Sin Creador nada puede existir.

El santo cultiva el arte de elegir. Un arte simple y estimulante a la vez. El arte con que todo ser humano sueña sin saber cómo y por qué. Maravilloso arte de elegir. Arte que empeña las fuerzas de cuerpo y alma. Arte de amarlo todo sin apego a nadie. Ni a nada.

La crisis financiera mundial es fruto de elegir el dinero contra Dios. "No podéis servir a Dios y al dinero" (Mt. 6, 24). El dinero tiene ojos y no ve, oídos y no oye, manos y no toca, pero arrasa todo. Destruye la economía de la tierra volviéndola ficción.

"No tenemos derecho de propiedad sobre nada: ni el cuerpo ni el alma, ni la mente ni las potencias, ni los bienes o la fama, ni los amigos o parientes, ni los bienes materiales [?] Dios quiere que seamos exclusivamente suyos. En esto consiste su principal alegría [?]. Cuanto más acumulamos para nosotros, tanto menos poseemos a Dios y cuanto menor sea nuestro apego a todas las cosas, más lo tendremos a Él y con Él todas las cosas" (M. Eckhart).

El santo es un poseso. De Dios. Y con Dios, poseedor de todo cuanto existe. El santo conoce el maravilloso arte de elegir. Y poseer.

* Monticelo, Centro de Mística