Todos somos objeto de espionaje
El escándalo por las revelaciones de Snowden promete generar un debate que no terminaría ni a final de año. Alemania prepara una iniciativa en la ONU para controlar estas prácticas.
Hace cuatro meses, cuando a oídos del gobierno alemán llegaron los rumores de que miles de ciudadanos de su país eran espiados por la Agencia Nacional de Seguridad (NSA por sus siglas en inglés) de E.U., los altos dignatarios del Estado consideraron el asunto de poca monta.
No obstante, todo cambió esta semana cuando la canciller alemana Angela Merkel comprobó que los americanos tenían interceptado su teléfono celular. Así, las chuzadas dejaron de ser un problema del hombre de a pie, sospechoso de terrorismo, a un problema de Estado y entre estados.
De hecho, el viernes, al final de la Cumbre de jefes de Estado de la Unión Europea se decidió dar una respuesta conjunta frente al espionaje de la NSA. Los líderes de ese debate fueron, por supuesto, Francia y Alemania. Tanto Francois Hollande como Merkel están dispuestos a llevar el tema a otras instancias como la ONU y ordenaron a la Europol la conformación de un grupo que investigue el asunto.
Hasta dónde llegara el caso
¿Qué iniciativas cabe esperar en los próximos meses contra el espionaje masivo realizado por la NSA? ¿Quedará intacta esta práctica?
La NSA no solo chuzaba a Merkel; el presidente Hollande sostuvo a periodistas que su móvil también había sido objeto de interceptaciones.
"Nos enteramos (2012) de ese ataque tan pronto llegué a la presidencia. Lo que hicimos fue una investigación para identificar quién lo realizó. Por eso reaccionamos para prevenir que estos ciberataques tuvieran éxito. No tuvieron impacto. Déjenme recordarles que la ciberseguridad es una prioridad para las autoridades francesas", dijo.
"Lanzamos una iniciativa conjunta con la canciller Merkel y con el apoyo del Consejo Europeo, para realizar un marco normativo con los E.U. y ponerle unos límites a estas prácticas. Tenemos un plazo para el final de este año. Además, Europol formó un grupo para investigar qué fue lo que pasó y ya solicitamos que se agilice su conformación porque es un deber saber todo sobre el asunto. Porque todo lo que sabemos diariamente nos llega de los medios. Tenemos que construir un marco para el futuro, para que esto no vuelva a ocurrir", concluyó el mandatario francés.
Los discursos de la canciller con respecto a la NSA fueron más cortos, pero directos: "Hemos enterrado a nuestros soldados juntos en Afganistán. No puede ser que tengamos que preocuparnos de si nos espían o no nuestros aliados".
"Le dije a Obama en julio en Berlín y ayer (pasado miércoles) en teleconferencia, que el interés de los ciudadanos alemanes, y esto no se trata de mí ni de mis intereses, sino para cualquier alemán, es poder confiar en nuestros aliados. Por lo tanto, esta confianza necesita ser reconstruida, y esto significa pensar a largo plazo sobre los controles a la privacidad de datos. La alianza con E.U. sólo puede estar basada en la confianza. Por todo esto, reitero que espiar a los amigos es inaceptable".
Aunque Merkel hace énfasis en los ciudadanos alemanes, estos a su vez le hacen duros cuestionamientos. En diálogo con El Colombiano, la periodista Sonja Gerth, de la cadena Deutschlandradio Kultur, sostiene que esta es criticada en su país por el contexto de su reacción.
"Recriminan a la Canciller porque este problema viene desde julio. En aquel entonces hubo mucha indignación de los ciudadanos porque se reveló que fueron espiados por la NSA. Pero Merkel decía que eso no era tan grave, que no estaba comprobado, y le creía a los estadounidenses. Ahora es distinto: ya los del gobierno dicen que no le creen a E.U. Por eso los alemanes se preguntan que si no reaccionaron en verano en defensa de la gente, ¿por qué ahora sí respondieron cuando se enteraron de que el celular de la Canciller fue interceptado? Esto generó críticas", dijo.
Aislamiento de E.U.
Alemania buscó un aliado especialmente afectado al otro lado del Atlántico para llevar el debate a la ONU: Brasil. Ambos países prevén poner en circulación esta semana un borrador entre los otros miembros para que sea aprobado por la Tercera comisión de la Asamblea General a finales de noviembre. Este pretende un mayor control sobre la interceptación y vigilancia de comunicaciones civiles, en especial las cibernéticas.
Esto haría que la discusión llegue al pleno de la Asamblea General de la ONU, y que se tome una decisión antes de que finalice este año, tal como pretenden las naciones afectadas por el espionaje de la NSA.
Sobre este particular, Juan David Escobar, director del Centro de Pensamiento Estratégico de EAFIT, expresa su escepticismo.
"La ONU no tiene capacidad de controlar estas cosas. No pueden los estados controlar el ámbito cibernético, entonces ¿por qué lo harían las Naciones Unidas? Todo esto forma parte del protocolo y de la indignación", dijo.
"Es iluso esperar que esto se suspenda. Sucede porque en E.U. y muchos países consideran que se debe combatir el terrorismo. No omitirán la posibilidad de utilizar herramientas de control. Una cosa es que no se deba abusar del espionaje, pero ningún Estado va a renunciar a la posibilidad de acceder a información privilegiada", añadió.
Mark Weisbrot, codirector del Centro para la Investigación Económica y Política de Washington, difiere del anterior analista y cree que todo esto es evidencia del creciente aislamiento de E.U.
"Creo que esa iniciativa de Alemania y Brasil sería otro punto de quiebre. Esto tiene que cambiar radicalmente. Han pasado la raya al vulnerar los derechos de millones de personas. A la gente de estos países no les gustó este tipo de vigilancia. Y son países donde pesa la opinión pública. Así que a mediano plazo, creo que Estados Unidos está quedando cada vez más aislado", dijo.
Yo espío, él espía...
Sea por la amenaza de ese aislamiento (como indicó Weisbrot), o por restarle importancia a un tema molesto pero en muchos casos necesario (como dijo Escobar), Inglaterra entró en el debate y defendió la posición de E.U.
Aprovechando la cumbre de jefes de Estado de la Unión Europea, el Primer Ministro inglés, David Camerón, fue la voz discrepante respecto a lo dicho por Alemania y Francia.
Culpó a los medios de comunicación de darle relevancia a un asunto que, afirma, puede ser incluso perjudicial para Occidente: "Lo que Snowden hace efectivamente y lo que algunos periódicos le ayudan a hacer, no ayudará a hacer el mundo más seguro, sino más peligroso".
Rusia, país donde se refugia Edward Snowden, tras el vendaval que le generó a la agencia donde trabajaba, trata de estar al margen de la situación y mantiene una postura eminentemente diplomática con E.U. Más, en caso de que se revelara espionaje de la NSA en suelo ruso.
"Los contactos nunca se interrumpen. Nuestra postura sobre Snowden ya está formada, y al respecto ya lo hemos dicho todo", dijo el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov.
El diputado nacionalista Vladímir Zhirinovski, en declaraciones públicas, fue más allá: " Que publiquen la información que quieran. Eso no afectará las relaciones. Siempre nos hemos dedicado a espiar. Tanto ellos como nosotros nos espiábamos. No hay nada extraño".
Washington
Lo que se puede olvidar en este contexto de indignación global, es que dentro de las fronteras de E.U. también hay debate y molestia. Todo por lo que muchos ciudadanos consideran una vigilancia que vulnera los derechos civiles, pilar fundamental en la democracia de E.U.
Weisbrot cree que asistimos a las consecuencias de una guerra contra el terrorismo que impera desde 2001, y que considera 12 años después como "exagerada para justificar cualquier práctica ilegal y utilizada para manipular la opinión del país".
"Toda la discusión acerca de la seguridad nacional es surreal. No tiene que ver en muchos casos con la protección de la gente. Obviamente hay muchos terroristas, pero las probabilidades en E.U. de caer muerto en un atentado terrorista son menores que ser golpeado por un rayo. Es un tema muy exagerado", dijo.
En este sentido, este discurso es para el experto un modo de obtener apoyo de la opinión pública en cuestiones que pueden ser polémicas, como el espionaje de la NSA.
"La seguridad nacional es la excusa para justificar este espionaje masivo a todo el mundo. Hay poco más de una decena de personas muertas por el terrorismo en E.U. desde los atentados el 11 de septiembre. Si miran quien cree en estas cosas, no son gente de las ciudades en mayor riesgo, como Washington D.C. o New York, que son blancos primarios. No, son gente que está en Utah o Idaho las que compra este discurso", añadió.
El tema de la NSA llegó a la Cámara de Representantes de los Estados Unidos a finales de julio y se sentó un precedente en el asunto. Con la mayoría de los demócratas apoyando una reforma de sus prácticas de espionaje, se añadió un ingrediente mayor: la participación de buena parte de los republicanos, 94 de 234, desafiando la posición de su propio partido al respecto.
Infortunadamente, la iniciativa de revisar las nefastas prácticas de la agencia fue derrotada en una reñida votación: 205 votos a favor contra 217 que impidieron llevar el tema al Senado y replantearlo.
Sin embargo, esto constituye un antecedente que promete retornar al devenir político de E.U, todo influenciado por la indignación generalizada proveniente de países clave en el extranjero, con los que E.U. no puede permitirse un distanciamiento.
El representante demócrata John Conyers lo dejaba claro en ese entonces. Añadía que aunque se trataba de una iniciativa derrotada, era "sólo el principio" de un largo debate dentro de la política estadounidense.
Y es que el fondo del asunto es que, aunque conocido por todos los gobiernos, este es un espionaje que no está legitimado por la ciudadanía a la que dice proteger. "Las reformas tomarán tiempo, pero hay apoyo popular para eso. Forma parte del rechazo en general a la política exterior del país. Los estadounidenses también están cansados de la guerra", concluyó Weisbrot.
Obama había parecido reconocerlo antes que comenzara el escándalo, en mayo. "Esta guerra, como toda otra, tiene que terminar"