Trágica y tempranera
El ciclismo mundial pasa por un momento muy triste tras la muerte del pedalista belga Wouter Weylandt, que no sobrevivió tras un aparatoso accidente que sufrió durante la tercera etapa del Giro de Italia. El joven deportista era profesional desde hace seis años y esta temporada corría en el equipo Leopard Trek.
Aparte del inmenso esfuerzo físico que tienen que hacer los ciclistas en las largas subidas o en las kilométricas etapas, se juegan la vida en tenebrosos descensos.
La muerte de Weylandt es trágica y tempranera. A sus 26 años tenía una carrera por delante. Además nos causa un inmenso dolor saber que el próximo mes de septiembre sería papá. Un designio del destino que pone en evidencia nuevamente los peligros de un deporte tan bello como el ciclismo.