Turbulencias económicas
Con la decisión de la FED, los mercados internacionales se han vuelto más volátiles. Algunas economías han adoptado medidas drásticas. Colombia se muestra preparada para soportar la embestida.
La reciente decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED), aunque esperada y predecible, ha generado turbulencias en los mercados internacionales al tiempo que ha aumentado la volatilidad de los mismos. Distintas economías emergentes, como India, Turquía, Suráfrica y Argentina, se han visto forzadas a revisar sus políticas monetarias y a adoptar medidas de urgencia para evitar daños mayores.
Como se sabe, la FED decidió continuar con la reducción de sus apoyos a la economía estadounidense a través de la recompra de activos. Esto ha propiciado el retiro de fondos por parte de los inversores en los países emergentes. Ello ocurre en momentos en que algunas de estas naciones han reducido su ritmo de crecimiento y los precios de las materias primas han caído.
El fuerte remezón en los mercados y sus consecuencias económicas han generado cierto malestar entre algunos analistas y hacedores de política, a nivel internacional, respecto al hecho de que la FED debería tener más en cuenta los efectos planetarios de sus decisiones.
Y es que, en estos días, para algunas naciones las cosas no han sido fáciles. Las devaluaciones en Turquía, Suráfrica, Argentina y Venezuela han estado en un rango que va entre el 20 por ciento y el 45 por ciento. Ello ha obligado, en algunos casos, a aumentar la tasa de interés.
Sin duda, la situación que se vive en los mercados ha desnudado las profundas debilidades económicas y la frágil situación de algunos países latinoamericanos, como Argentina y Venezuela, los cuales, como lo señala The Economist, han vivido alegremente durante estos últimos años por cuenta del boom de los precios de las materias primas sin asegurar un manejo macroeconómico sano y prudente.
Ahora que las cosas han cambiado, estos se ven forzados a enderezar el manejo económico, como ha ocurrido en el país gaucho. Sin duda esto le va a generar costos, como lo es una mayor inflación, con el consecuente malestar social. Lo que por ahora no es claro es lo que vaya a pasar con la economía venezolana, pues sus dirigentes todavía no parecen querer aceptar la gravedad de la situación y no adoptan las medidas necesarias para corregir el rumbo.
A pesar de las turbulencias y de un ambiente tan volátil, el FMI considera que las economías latinoamericanas van a crecer, en promedio, al 3,0 por ciento en 2014. La entidad espera que Perú presente la mayor tasa, 5,7 por ciento, en tanto que Brasil solo crecerá 2,5 por ciento. El pronóstico para Colombia es de 4,2 por ciento. Esta cifra coincide con el estimativo del Banco de la República del 4,3 por ciento.
En su última reunión de Junta, el Emisor tomó la decisión de mantener la tasa de interés y no afectar el plan de compra de dólares. Esta es una manifestación de confianza en los fundamentales de la economía y en la capacidad de esta para soportar, al menos por un tiempo, la situación que se vive en el entorno internacional.
No obstante que la mayoría de los analistas se muestran acordes con la opinión de que Colombia está en buenas condiciones para enfrentar la turbulencia de los mercados, las autoridades no deben bajar la guardia, al tiempo que deben mantenerse atentas a la evolución de la situación económica interna, pues hay ciertas fragilidades que, en un momento dado, pueden echar al traste con la estabilidad macroeconómica.
El impacto en colombia no de ser duro
Por Mauricio Reina
Investigador asociado de Fedesarrollo
El efecto de las políticas de la FED va a depender de la condición económica de los países de América Latina, que se dividen entre los que tienen un gran déficit de cuenta corriente, no suficientemente financiada y los que tienen un déficit bajo, o no tan bajo, pero adecuadamente financiado.
Los primeros están financiándose a punta de endeudamiento y capitales de corto plazo. Esos países, como es el caso de Argentina, van a ver muy complicada su situación. Países que están en su misma situación van a tener tendencia a la devaluación fuerte, tendencia a mayor inflación y tarde que temprano la necesidad de un ajuste brutal para recortar el déficit, lo que en el mediano plazo los podría llevar a una recesión.
Otros países con un déficit en cuenta corriente menor y adecuadamente financiado con inversión extranjera directa, que no tiene ese movimiento golondrina, que es el que ahora se activa con la decisión de la FED, van a tener una devaluación no tan marcada.
Y seguramente, en el caso de Colombia por ejemplo, se va a generar una mayor demanda por los bienes transables, es decir, las exportaciones, y una reducción en las importaciones.
Lo clave es la financiación del descuadre de la cuenta corriente y el financiamiento del sector público. Colombia tiene los dos resueltos, prácticamente, y por eso el golpe no debe ser duro, pero llamo la atención sobre la necesidad de cuidar las cifras fiscales para que, si hay acuerdo en La Habana, no empiece la fiesta de “esto nos va a costar tanto...”, pero ya estamos hablando del mediano plazo.