Histórico

Venden la casa, sin que el dueño se dé cuenta

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19 de junio de 2008

Una modalidad de estafa se afianza en la ciudad: los inquilinos suplantan al dueño de la vivienda y venden la propiedad. Al final, quien termina estafado es el comprador. El dueño de la residencia entra en un tedioso lío jurídico y hasta puede perder la casa.

Aunque este ilícito no es nuevo, en la última semana se registró un intento de estafa en el barrio La Floresta.

La propietaria, de quien se omite su nombre por razones de seguridad, entregó su casa en arriendo y pocos días después, a través de unos vecinos, se enteró de que estaban negociando su propiedad.

Al tanto del asunto, la dueña procedió a sacar un certificado de libertad en la notaría y la sorpresa fue extrema: su casa se la habían vendido a una desconocida. Lo más desconcertante fue que, sobre el papel, quien había vendido la residencia era ella.

La propietaria fue víctima de una suplantación, según lo explicaron fuentes de "Investigaciones y Cobranzas El Libertador" y la "Inmobiliaria Columna", compañías a las que estaba adscrita la propiedad en mención, la primera como aseguradora de la inmobiliaria y la segunda como agente inmobiliaria.

Jairo López, gerente de Columna, señaló que con el dato inicial de la dirección del inmueble, los estafadores se levantan la matrícula inmobiliaria y hasta la copia de la escritura, de modo que no queda sino suplantar al dueño, tarea nada difícil para expertos en fraude.

En el caso de esta propiedad, los maleantes tuvieron tal desparpajo, que pusieron la vivienda en los clasificados bajo el título de "gangazo".

De todos modos y al margen de este caso, de acuerdo con lo expuesto por Luis Miguel Peláez, director regional de El Libertador, la constante es que los estafadores no se aceleren tanto y primero hagan traspasos de la casa unas cuatro o cinco veces, antes de venderla a su víctima final.

"Se pasan la propiedad entre ellos (los integrantes de la red de estafadores), de modo que cuando la autoridad caiga sobre el caso, les sea más difícil rastrear el origen de la estafa", indicó Luis Miguel Peláez, quien además puntualizó que su compañía detecta unos dos o tres casos semanales de documentos falsos por parte de los inquilinos, lo que indica que puede tratarse de estafadores.

Fuentes de la Sijín, por su parte, confirmaron que se está presentando un promedio de 15 casos como este por año, por lo que hay que estar muy atento.