Zelaya salió de Ocotal con rumbo desconocido
El presidente depuesto de Honduras, Manuel Zelaya, abandonó ayer el Hotel Fronteras donde se hospedaba en Ocotal, norte de Nicaragua, sin informar hacia dónde se dirigía o si regresaría a esta ciudad fronteriza.
El sábado Zelaya dijo a la cadena Telesur que el presidente de México, Felipe Calderón, lo había invitado a su país hoy y que la misma invitación había recibido de su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, para mañana. Sin embargo, no confirmó ninguno de los dos viajes.
La salida del mandatario derrocado de Ocotal, Nueva Segovia, se produjo en medio de la polémica suscitada tras sus declaraciones del sábado en las que aseguró que sus seguidores estaban recibiendo "formación, capacitación y entrenamiento" en la "cátedra Morazánica", inspirada en Francisco Morazán, quien murió fusilado en Costa Rica cuando luchaba por la unión de Centroamérica.
El anuncio no cayó bien en algunos círculos de Nicaragua que aseguran que está apoyando la formación de milicias, acusación que él niega tajantemente.
En declaraciones a la agencia Efe , el abogado y coronel retirado de Nicaragua Víctor Boitano Coleman, amenazó con pronunciarse ante la comunidad internacional si Zelaya continúa ocupando el territorio nicaragüense "con sus partidarios y milicias hondureñas del recién creado Ejercito Popular Pacífico", lo cual, aseguró, podría tener "graves consecuencias" para él y para el presidente de su país, Daniel Ortega.
"Están (asentados) ilegalmente y realizando entrenamientos para actuar y desestabilizar el sector fronterizo, violando territorio nacional y pisoteando la soberanía de nuestro país", enfatizó Boitano Coleman, antiguo miembro del Consejo Militar del Ejército de Nicaragua.
Sin embargo, el jefe de la policía en el departamento de Nueva Segovia, Héctor Zelaya, declaró ayer al diario La Prensa que no había indicio de entrenamiento militar ni se había alterado el orden público y aseguró que si se infringía la ley los responsables serían castigados.
Polémica por otro asesinato
Martín Florencio Rivera, un seguidor de Zelaya, fue asesinado ayer de 25 puñaladas en su casa, después de haber asistido al velorio de su compañero Roger Vallejo, quien murió el sábado tras unos enfrentamientos contra la Policía, informó Juan Barahona, coordinador del Frente de Resistencia Contra el Golpe.
Opositores al gobierno interino de Roberto Micheletti aseguraron ayer que detrás de la muerte de Rivera, un maestro de 45 años, estaba la Policía, pero ésta desmintió esta versión y dijo que un adolescente fue detenido por su presunta participación en el crimen.