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La desinformación de la Red (www)

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10 de noviembre de 2014

Hasta hace pocos años la posibilidad de informar estaba en manos de unos pocos. Unos cuantos privilegiados y poderosos tenían el monopolio de poner en letras de molde o en su propia voz o en imágenes, a través de los canales de televisión y radio, su propia versión de los hechos. Esto no era sano, pues ellos solo contaban lo que querían, lo que les convenía, lo que necesitaban que la gente pensara. Por eso se dice que la historia siempre la escribieron los ganadores; y los ganadores eran los que, entre otras, tenían poder a través de los medios informativos.

Pero la revolución informativa que generaron las redes sociales a través de la internet, no tiene precedentes. Ahora ‘cualquiera’ puede expresarse, publicar su versión, sus imágenes, su pensamiento. Algunos estudiosos aseguran que esto permitió la democratización de la información, puesto que ahora el público puede no solo acceder a otras versiones de los acontecimientos y del pensamiento, sino que la posibilidad de informar a muy bajo costo ha descendido a niveles donde antes era impensable que se pudiera tener acceso a medios masivos de información, pues un blog, un canal comunitario, un sitio en la web o un perfil en Facebook lo tiene cualquiera.

Solo que esto no quiere decir que la gente está mejor informada que antes. Aunque existen más posibilidades de obtener información contrastada y no solo oficial, el ciudadano desprevenido se confunde a la hora de consultar y obtener información seria. Igual que anteriormente (y aún ahora) cuando la gente creía sin chistar en todo lo que se decía en televisión (como si fuera “palabra de Dios”), hoy muchos creen cuanta bobada aparece en la red. Y si antes solo había la posibilidad de informarse a través de unas pocas voces (las ‘privilegiadas’), hoy son tantas las voces ‘informando’ que igualan el griterío de una plaza pública donde, en última instancia, no se sabe ni quién está gritando y poco se logra entender qué está diciendo.

¿A qué viene todo esto? A que estamos en una peligrosa época en la que, con la quimera de tener acceso a mucha información, seguimos igual de desinformados que siempre: gente imprudente publica sin tener la mínima responsabilidad de lo que significa poner información en un medio masivo; incautos poco educados creen cuanta cosa irresponsable se publica en la red; la prensa seria, por miedo a perder público, gasta demasiada energía y tiempo en la sosa información del ‘entretenimiento’ y mientras la atención se desvía de mil maneras, los inmorales siguen, campantes, escondiendo sus maldades.